21. Lights Down Low

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"Cause, baby, we're just reckless kids

Trying to find an island in the flood..."

Cuando llego a casa tengo el pelo mojado por la lluvia, la garganta seca y el corazón desbocado. Miro hacia detrás para comprobar lo que ya sé: no está. No sé si conseguí despistarle, si corrí más rápido que él o si simplemente él dejo de venir detrás de mí.

—Viniste pronto —me dice mi madre al abrirme la puerta.

Entro en casa esquivándola y me invento una excusa:

—Está lloviendo.

Sé que es pronto, que no es mi hora de ducharme, que apenas he podido hacer mi rutina de ejercicio, sin embargo me apetece seguir con mi planificación y darme una ducha. La conversación con mi madre termina ahí y yo me dirijo directamente al baño. Me quito la ropa de un tirón, deshago mi coleta y me coloco bajo el grifo. Ni espero a que el agua se caliente, simplemente me cae la fría por unos segundos y pronto empieza a aumentar la temperatura. Cierro los ojos, inspiro aire lentamente y me pregunto qué narices acaba de pasar. ¿Por qué he corrido? ¿Por qué no le he dejado hablar?

Me lavo el pelo con mi champú, masajeo con mis dedos con más calma de la habitual y sigo pensando en miles de cosas, cosas que me desconciertan y no sé cómo sentirme al respecto. "No estábamos negociando nada", esas fueron sus palabras. ¿Me las creo? ¿De verdad puedo creérmelas cuando le he visto hablando con ese tío con la mayor confianza del mundo, después de saber además todas las cosas que se dicen de él en el instituto? Son demasiadas coincidencias. Corre un rumor, tengo una prueba que puede confirmar ese rumor, lo pillo in fraganti y lo primero que hace es venir hacia mí con sus intentos de explicaciones. Si ha sentido la necesidad de explicarlo es porque sabe que hay motivos para pensarlo.

Paso a la mascarilla del pelo para desenredar, me la aplico y mientras hace el efecto me voy pasando la esponja por el cuerpo. Ahora huele a vainilla y ese olor me relaja un poco. ¿Y si miente y de verdad está metido en negocios ilegales? ¿Me he liado con un traficante? ¿Le he pasado fotos comprometidas a un chico que se dedica a ganar dinero a través de la venta de drogas? ¿Con qué clase de persona me he metido?

Paro con la esponja y empiezo a quitarme la mascarilla con los dedos. El agua nunca había estado tan caliente como hoy. Siento cómo me quema sobre los hombros y veo que la piel de mi pecho se ha quedado roja. En los pies también me arde, pero es una sensación calmante más que incómoda. ¿Y si el rumor de las drogas resulta ser cierto, pueden serlo el resto de ellos? ¿Y si no solo se trata de sustancias, sino que está metido en cosas mucho más graves? Me hago miles de preguntas, preguntas que antes creía resueltas... porque antes creía que él no era nada de eso, que no podía ser nada de eso. Me he fiado tanto de él, cuando todos a mi alrededor me decían todo lo contrario, y no les hice caso.

Ahora tengo miedo.

—¡Carter! ¡Llevas veintiocho minutos ahí dentro!

Cierro el grifo de inmediato al oír sus gritos desde fuera. Abro las puertas de la mampara y apenas logro distinguir la toalla entre todo el vapor que se ha formado en el baño. Me escurro el pelo, me seco la cara y me enrollo la toalla en el cuerpo, sin pasar por el espejo, sin hacerme foto para enviársela.

En mi habitación me pongo la ropa y me cepillo el pelo a toda velocidad y vuelvo al salón para mirar por la ventana. La calle está vacía, húmeda y ligeramente oscura. El cielo se ha vuelto gris, la lluvia sigue cayendo sin demasiada intensidad y lo único que se mueve son los coches que pasan cada ciertos segundos. No sé por qué pensé que podría estar ahí, en la acera, esperándome.

—¿Observando la lluvia? —suena la voz de mi madre por detrás y se asoma junto a mí para mirar a través del cristal.

—Sí —murmuro con poco entusiasmo—. ¿Por qué tengo que ser así?

El objetivo de Carter Jones [LIBRO I]Where stories live. Discover now