20. Believer

756 92 137
                                    

"You made me a, you made me a believer, believer..."

—¿Te diviertes?

—Mucho —respondo mientras acaricio con las yemas de mis dedos. Recorro su abdomen con tranquilidad, sintiendo la piel, la calidez, y me encuentro como una niña en un parque de atracciones, divirtiéndome y disfrutando mucho.

Me atrevo a tocar por debajo de su ombligo, y sigo hacia abajo... y un poquito más... y rozo la tela de su pantalón. Desato el cordón del chándal y tiro hacia abajo, hasta que su ropa interior asoma.

—No hagas eso... —me advierte, pero yo continúo a lo mío.

Paso los dedos por el borde de la tela de sus calzoncillos y rozo su piel a la vez. Me aguanto la tentación de meter la mano bajo la tela y vuelvo arriba, a su pecho, a una zona segura.

—No voy a hacer eso —lo tranquilizo, sonriendo, y dejo caer mi cuerpo sobre él.

Queda tumbado sobre mi cama con los brazos estirados, yo encima de él, y aprovecho para abrazarle y acercar mi cara a su cuello, porque huele bien. Ni todas las escenas que me he imaginado juntas son la mitad de buenas que esta. Le tengo en mi habitación, sin camiseta, debajo de mí... y ahora una de sus manos se posa en la parte baja de mi espalda. Tengo la piel de gallina, y no es frío, es él.

—Lista de cualidades que debe tener un chico para gustarme.

Se me escapa una risa rápida.

—¿Sigues mirando mi agenda? —le pregunto.

—Me dijiste que querías que la viera, ¿no?

—Claro.

Entonces empieza a leer en voz alta algunas de esas cualidades, que por cierto, escribí hace bastante tiempo.

—Que no sea extremadamente correcto, que comparta algunos gustos conmigo, que sepa escuchar porque yo hablo mucho, que me haga reír, que no sea soso, que vista bien, que saque buenas notas... —termina de leer y creo que está sonriendo. No le veo pero puedo notarlo.

—La hice hace tiempo, tengo que hacer algunas modificaciones —me excuso.

Nos quedamos en silencio unos minutos y entonces yo empiezo a juguetear otra vez. Acerco mis labios a su cuello y le beso, primero de forma fugaz y luego haciendo lo mismo que él hizo con mi mejilla. Noto cómo fundo mi boca en su piel, lentamente, y de pronto me invade el calor por todo el cuerpo. Y creo que a él también le pasa, porque las yemas de sus dedos presionan en la parte baja de mi espalda. Y más me caliento pensando en cómo debe sentirse esa misma presión de sus dedos en mi culo.

—¿Te va con lengua? —susurro.

—Tú prueba.

Y me lanzo a probar. Despego mis labios, los llevo hasta su cuello y paso la punta de mi lengua por su piel. Escucho que resopla y se me escapa una sonrisa tonta mientras dejo mi saliva por su cuello.

—Mejor que pares, Carter.

***

Abro los ojos y oigo su voz con más claridad, llamándome.

—¿Qué pasa? —logro preguntar mientras despego mi cara de su pecho. ¿Me he quedado dormida encima de él?

Ay, mi madre. ¿Qué hora es? ¿Qué hicimos? ¿Llego tarde a clase?

—Te has dormido, y tengo que irme a casa. Es muy tarde.

Me reincorporo, quedando sentada sobre mi cama, y cuando consigo abrir los ojos por completo analizo lo que tengo delante. Es él, estamos en mi habitación, sigue sin camiseta pero sí lleva el pantalón. Entonces me miro a mí misma y descubro con cierta pena que también estoy vestida.

El objetivo de Carter Jones [LIBRO I]Where stories live. Discover now