―¿Piensas que lo entenderán?

―Sé que lo harán... ―al menos eso espero―, de la misma manera que Dawson lo entendió.

―A Christopher no le diste opción. ―me refuta Victor.

―De la misma manera que no se la daré a ellos.

―¿Y el bebé?

―Se quedará como mi bebé, no tengo que entrar en detalles y...

Me incorporo de la cama en un sobresalto, miro directamente a la puerta donde mi nona me sonríe tristemente. Mi boca se abre y cierra como un pez fuera del agua, trago en seco.

No quería que ella lo supiera de esa forma.

―¿Nona?

―Ya lo sabía querida, hay cosas que solo la experiencia te hace notar.

Mi abuela se acerca a mí, tomando mis manos fuertemente, mirándome a los ojos.

―Eres una mujer fuerte Alana, lo que decidas estará bien, no estarás sola... creo que es tiempo de enfrentar a la familia ¿no crees?

―Volverás abuela.

―Ya pasó mucho tiempo sin hablar con mi hija.

Suspiro.

―No tienes que hacerlo... mi mamá es...

―Lo sé, lo sé... pero no tienes por qué estar sola.

Creo que lagrimas se derraman por mi rostro en la felicidad, saber que tengo a mi abuela allí es un gran alivio para mí.

―Y claro déjenme fuera de sus planes.

La sonrisa de Stefani aparece detrás de mí Nona, entra campante en la habitación dándole una mirada a Victor que entiende por déjenos solas. Stef me abraza fuertemente quizá evitando que me desmorone.

―Te extrañaré ―digo en un suspiro, intentando poner una mirada de cachorrito cuando me alejo de ella.

No quiero volver a separarme de Stef, pero no tendría vergüenza pedirle que venga conmigo, ella tiene toda su vida aquí.

―Iré contigo.

Oh... bueno... eso fue fácil.

Miro sorprendida a Stefani. Nunca pensé que lo diría tan relajadamente.

―¿Estás segura?

Ella asiente.

―¡Hey! Necesito expandir mi negocio, y tú me ayudarás.

―Si jefa.

―Además, es difícil pasar por todo esto de ser un huevo kínder sola ―¿huevo kinder?―, te ayudaré a cuidar tu embarazo y seré un escape. Créeme que como te vas a poner con las hormonas necesitaremos un milagro para controlar tu genio.

No quiero pero me rio.

―Y sin contarte de las náuseas, si te tocan esas desgraciadas, será un asco. Cuando yo...

Su voz muere ahí y yo la miro confundida.

―Quiero decir, cuando yo supe que Martha estaba embarazada, leí muchos libros al respecto.

―¿Marta? ―levanto una ceja, no creyendo nada de lo que dice―, leíste libros de embarazadas, gracias a la hermana de Joshep, la cual te odia cabe hacerte recordar.

Ella rueda los ojos, sé que está mintiendo, pero si no quiere decirme la entiendo, le seguiré la corriente.

―Tenía que encontrar una forma de calmar al dragón. Ya sabes ayuda a una embarazada en un momento de crisis y aunque sea una bruja te amará.

Príncipe 7 tonos de azul (Editando)Where stories live. Discover now