CAPÍTULO 31

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Annabell Brooks.

Volver a pasar tiempo con Edwards es lo que menos me conviene en estos momentos, todavía no me siento con las fuerzas para hacerle frente, ni hacerme la fuerte frente a él ¿pero que podía hacer? no me puedo negar, ya le di mi palabra, solo unos meses más es todo lo que falta y me desligare de Edwards Collins para siempre.

[…]

Son las 5:40am de la madrugada mi despertador  suena por tercera vez  y no quiero despertar solo dispongo de veinte minutos antes de que llegue Edwards por mí, conociendo su excesiva obsecion por la puntualidad a puesto que solo me quedan quince minutos, así  que me levanto y me voy directo al baño  a asearme, me enfundo en unos jeans rasgado unas converse blancas, un suéter del mismo color y un abrigo color marrón; me veo en el espejo       -Dios soy un desastre  -me digo, tengo unas ojeras horribles casi no he pegado el ojo, el solo hecho de pensar que pasaría una semana con Edwards  en una ciudad desconocida aparentando ser la pareja perfecta me pone los nervios de punta.

Suena el móvil y aparece un mensaje en la pantalla “buenos días nena, estoy en  frente de tu casa”  -Diablo aun no termino -pienso y me recojo el pelo en un moño desaliñado, tomo mi maleta y cartera  y salgo a la calle.

Y allí  esta el hombre que no me puedo sacar de la cabeza y mi corazón lusiendo espectacular a pesar que solo lleva unos jeans, sueter y una chaqueta en cuero, ¿cómo  puede verse estupendamente  sexy y guapo?  Y yo llevo casi la misma ropa y parezco un árbol con un nido de pájaros en la cabeza (a lo que llamo cabello).  Se adelanta a mi encuentro para tomar mi maleta, yo emito un gruñido y no dejo que la tome, me voy directo al auto  y el chofer tiene el maletero del coche abierto y de él  si acepto la ayuda con la maleta.

Entro al auto y Edwards me espera en la puerta con una gran sonrisa  y la cierra a mi entrada, da la vuelta y entra al auto

-Buenos días  nena -me dice con una estúpida pero hermosa sonrisa. No le contesto.

-Ya se que no te gusta madrugar y menos un domingo, pero tenemos un compromiso en la noche y créeme que no te gustara llegar con el tiempo encima -me dice y vuelve a sonreír

-No se como puedes sonreír y verte tan fresco a esta hora de la mañana.

-Ahh eso es lo que te molesta -me dice divertido -eres hermosa aunque lleve puesto un saco de papa -yo sonrío para mis adentros

Por suerte nuestro vuelo fue en un jet privado despues de que me tomará una taza de chocolate caliente sin darme cuenta me quedo dormida mientras escuchaba a Edwards hablar de negocio por telefono y tecleando la lapto que siempre lleva consigo (a veces pienso que se le quedará pegada a su cuerpo).

-Despiesta princesa -escucho entre sueños y me giro para seguir durmiendo (eh mencionado que duermo como oso). -Nena despierta ya llegamos -otra vez esa voz y vuelvo a quejarme y me remuevo -Annabell ya llegamos despierta

-otro rato más  -le digo

De repente siento unos calidos labios sobre los mios, me sobresalto y abro los ojos y me encuentro con el rostro de Edwards sonriente frente a mí.

-¿Qué haces? -pregunto sobresaltada y enfadada.

-Estabas en un sueño profundo, te llamé varias veces y no despertabas, parecias a blanca nieves asi que pensé ¿Cómo se desperto blanca nieves? Con un beso  y de verdad que resulto porque ya estas despierta así  que levantate que ya llegamos.

Llegamos a nuestra habitación, era enorme decorada con muebles modernos de color blanco, una cama enorme en el centro del cuarto, mesas de noche a ambos lados de la cama con hermosas lámparas encima, un mini bar en una esquina, un monton de pieza y muebles que destellan elegancia y lujos y una vista espectacular de la ciudad.

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