CAPÍTULO 20

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En Multimedia Outfit de Annabell

Annabell Brooks.

Estas últimas semanas han sido ajetreada, la empresa esta de aniversario y anualmente se realiza una gran fiesta, este año será especial ya que cumplirá cincuenta años y se hará el anuncio oficial de la presidencia de Edwards.

Diana, Amy y yo, junto a la planeadora de evento armamos todo el evento, estoy muerta del cansancio, pero ya por fin esta noche terminamos.

Estoy en el cuarto terminando de vestirme, Amy la hermana de Edwards me ayudo a elegir el atuendo: un Top Crocs negro en conjunto con una falda larga ancha del mismo color con una abertura al lado, unas zapatillas doradas y un sobre a juego, Amy insistió en que nos maquillaran y peinaran su estilista personal, el maquillaje  es más fuerte de lo acostumbrado pero me quedó hermoso, los ojos ahumados en azul, resaltando mis ojos y un brillo en los labios con tonos rojos.

—Annabell es tarde tenemos que irnos ya, a mi madre le da un infarto si llegamos tarde —me grita Edwards afuera de la habitación.

—Un segundo —digo y salgo del cuarto —¿Cómo me veo? —pregunto dando la vuelta para dar una vista 360°.

Me mira de arriba abajo y se acerca y me besa —¿Nuestra asistencia es obligatoria?, Porqué en este momento se me acaba de quitar las ganas de salir —me dice con una voz y mirada sexy y abrazándome

—Creo que si no llegamos tu madre nos manda a buscar con la guardia nacional, así que deja la calentura y vámonos ya —le  digo, rio y le doy una palmadita en su hombro.

Llegamos al salón, todo nos había quedado perfecto, los decoradores hicieron el trabajo justo como se lo pedimos, un salón con hermosas lámparas arañas que cuelgan en el techo, mesas estratégicamente colocadas con candelabros alto sobre la mesa y lirios color blanco decoraban todo el salón.

Los invitados empezaron a llegar y les dimos la bienvenida mesa por mesa, la noche transcurrió muy agradable, hasta la oxigenada de Nathalie estaba a rayas y Edwards estuvo todo el tiempo a mí lado.

—Señor —le dice Camila, la asistente de Edwards. —El señor James Smith acaba de llegar.

—Gracias Camila  —le dice Edwards.

—Annabell acompáñame, quiero que conozcas a alguien —me dice y nos páramos de nuestra mesa para dirigirnos hacia donde estaba la persona.

—Es el hijo del señor Smith, es de nuestros clientes mas importantes, es un viejo amigo del colegio, llegó hace unos pocos días de Europa dónde estába a cargo de los negocios de su padre allá, pero ahora está con su padre aquí —me dice mientras nos acercamos a él.

—¡James Smith! —dice Edwards animado y él mencionado se voltea.

—¡Edwards Collins! —Dice entusiasmado y se abrazan.

—James ella es mi esposa Annabell —me presenta Edwards, cuando levanto la mirada una gran sonrisa se dibuja en mi rostro.

—¡James¡ —grito, olvidando donde me encuentro y me lanzo a sus brazos a abrazarlo, Edwards nos mirá confundido con el ceño fruncido.

—¡Annabell, pequeña cuanto tiempo sin vernos, estas hermosa cariño —me dice agarrándome la mano y dándome la vuelta.

—Veo que ya se conocía —dice Edwards, por un momento ya me había olvidado que estaba junto a nosotros.

—Claro, Anna y yo estudiamos un par de semestre juntos en la universidad —dice James emocionado y yo le interrumpo.

— Y luego te fuiste a Europa, me abandonaste y te olvidaste de mí —le digo haciendo puchero.

—No digas eso cariño, sabes que te quiero mucho, nunca me olvidaría de tí —me dice y me guiña un ojo y yo sonrío.

—Disculpa amigo, es que lo último que pensé es que me encontraría a Anna aquí —le dice dirigiéndose a Edwards.

—Entiendo —dice Edwards con una falsa amabilidad.

James se sentó en nuestra mesa, al parecer los negocios que ambas compañías sostenían eran muy importante para ambas familias.

La noche transcurrió, James y yo nos pusimos al tanto de nuestras vidas y recordando algunas anécdotas de los primeros años de la universidad, cosa que al parecer a Edwards no le causaba ninguna gracias, en algunos momentos hasta me reprochaba por lo bajo el que estuviera riendo casi a carcajadas.

Cuándo fue la hora de que Edwards diera el discurso de lo que ha sido la empresa me hizo que lo acompañara a su lado, cosa que no estaba estipulada, pero creo que lo hizo por no dejarme sola con James.

Cuándo James se despidió me dio un beso, haciéndome jurar que nos juntaríamos a tomarnos un trago para seguir hablando y recordando buenos momentos que habíamos pasado.

—Estuviste muy callado en él camino ¿pasa algo? —le pregunto a Edwards mientras nos arreglamos para ir a la cama

—No, ¿Debería de pasarme algo?      —me contesta de mala gana.

—Todo salió mejor de lo que esperábamos, tus padres y abuelos estaban felices, todos la pasamos bien —le digo ignorando su mal humor.

—Asi es, sobretodo tú —me dice con tono claramente enojado y se acuesta dándome la espalda.

—¿Qué le pasa a éste? —digo con voz baja y también me dispongo a dormir.

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¡¡¡Gracias por leer!!! Un 😘😘







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