CAPÍTULO 13

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Edwards Collins.

No sé porqué me enoje tanto cuando ví a el Señor Fullton casi desnudando a Annabell con la mirada, ya conocía esa mirada, la abordaría inmediatamente terminará la reunión, ese viejo sinvergüenza ya se había ligado a muchas de las empleadas de la empresa con el discurso de qué él es unos de los socios mayorista, pero con Annabell aquello no iba a pasar, por eso cuando la presente como mi esposa disfrute la cara de decepción que puso, aunque quiso disimular felicitándome y dando un ridículo discurso.

La semana transcurrió un poco más agitada de lo normal, la noticia de mi matrimonio ya se había divulgado y los periodistas y editores de revista no dejaban de llamar para que le diera la exclusiva.

Esta noche iremos a una fiesta benéfica a las que fuimos invitados, esto será todo una locura la verdad es que las revista de sociedad están alborotado con eso de mi "boda misteriosa" como ya la había llamado.
Annabell y yo habíamos pasado horas riendo sobre las especulaciones y opiniones de los paparazzi.

La verdad es que la pasaba muy bien en compañía de ella, era una chica diferente a las que estaba acostumbrado a tratar, ella era natural, hermosa sin tener que esforzarse, no necesitaba montones de maquillaje, ni ropa sexy para llamar la atención, ¡ella solo era ella! Y a diferencia de las mujeres que trataba está no babeaba por mi.

Había llegado a comprender el porqué de la decisión de mi padre, Annabell era inteligente y hermosa, aún no comprendo el porqué acepto casarse conmigo por dinero, lo que he llegado a conocer de ella en esto días es que no es del tipo de mujer interesada.

Me dispongo a salir de mi oficina, son más de las siete y la fiesta es a las ocho y treinta, Annabell se adelantó para irse arreglando mientras que yo me quede resolviendo algunos asuntos.

Llegué al departamento y no vi a Annabell supuse que estaba en su habitación —¡Llegué! —grito pero nadie me responde, me acerco a su cuarto y la puerta está entre abierta, —toc toc —toco la puerta y nada, abro la puerta un poco y ahí está la nombrada bailando frente al espejo en ropa interior y sus audífonos puestos, me recosté en la puerta con los brazos cruzados observándola moverse a lo que ella llamaba "baile" ¡valla que lo hacia mal!, reí para mis adentros hasta que se volvió y se encontró conmigo
—Ahhh  —grita asustada  —¿hace cuanto está ahí? —pregunta avergonzada, yo solo me limité a reír ella se mirá y es donde se percata que está en ropa interior —ahhhhh —otro grito ensordecedor de su parte.

—Tranquila mujer ya es muy tarde, te Vi toda —dije esto con una sonrisa pícara, en ese momento vi como se les subía los colores al rostro de la vergüenza.

—Eres un pervertido  —me dice cogiendo un camisón de encima de la cama y poniéndoselo.

—Hay un problema —le digo con fracciones sería

—¿Cuál? —me mirá preocupada

—Vamos a una cena-baile y tú mi querida esposa bailás horrible, ¿Es que nadie nunca te enseño?  —le digo divertido.

—No  — me  contesta con su rostro rojo de vergüenza.

—Eso lo solucionaremos  —dicho esto me acerco a ella le tomo la cintura con una mano y con la otra su mano en posición de baile y empiezo a bailar lento sin música —solo tienes que moverte suave y dejarte llevar   —le digo en el oído, me gusta ver su reacción cuando le hablo así, es tan injenua. A quién quiero engañar me encanta su olor.

—Es suficiente creo que con está pequeña clase será suficiente  digo, la verdad es que si sigo así de cerca no podré controlarme...

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¡¡¡Gracias por leer!!! Un beso 😘

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