CAPÍTULO 10

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Edwards Collins.

Cuando Annabell se fue a su cuarto me fui a bañar, había quedado con Erika, una mujer que había conocido en un bar hace un par de noche atrás, era una mujer sensual grandes pechos, labios carnosos, morena, con un cuerpo escultural y muy pero muy buen trasero. Me hubiese acostado con ella esa misma noche, pero surgió un contratiempo y tuve que marcharme con la promesa de encontrarnos hoy.

De ahora en adelante tengo que tener más cuidado a la hora de mis conquista, pues de mañana en adelante la noticia de mi matrimonio correrá como pólvora, si los periodistas me ve con alguna chica diferente a Annabell la prensa me hará picadillo, no es que me importe una mierda lo que los paparazzi digan, pero no quiero un ejército de periodistas detrás de mí preguntándome por mi infidelidad y mucho menos poner a Annabell como la cornuda del año, no sería justo.

El timbre del departamento suena, ¡Qué extraño!, Salgo de la habitación como por inercia con sólo unos pantalones puesto, escuchó la voz de Annabell y pregunto ¿quien es? cuando salgo alguien se me abalanza  hacia a mí y me besa, esos besos que tanto conozco y me encanta, Nathalie: una de esas mujeres hermosa y excesivamente sensuales que con tan solo verla se te pone dura la polla.

El carraspeó por parte de Annabell me devuelve a la realidad y la aparto inmediatamente, Nathalie me mira confundida por la forma en que la aparte.

Es ahí cuando me doy cuenta que tengo que aclararle todo a ella,       
—Nathalie ella es Annabell, mi esposa  —le dije.

Nathalie se puso fastidiosa tal como me imaginé que se pondría.

—Pero tu y yo  —Habla confusa

—Tu yo nada —le digo

—Me estás tomando el pelo, es una broma no? —dice Nathalie con voz nerviosa.

—No es una broma, —le dice Annabell con un tono divertido, veo que está disfrutando mucho el fastidiar a Nathalie.

Luego veo a Annabell acercándose a mi con una mirada divertida, —eres un capullo amor cómo no le has dicho nada a esta pobre chicha, quien sabe a cuantas más tienes engañada —me dice disfrutando mucho la situación.

—Edwards dejá la broma —dice Nathalie con esa voz chillona que tanto odio.

—Ya te dije que no es broma  —le dice Annabell.

Dicho esto Annabell se acercó a mí y poso sus labios en los míos dándome un beso tierno, apasionado e inolvidable, como nunca me habían besado y valla que habia recibido besos. 

Terminamos el beso lentamente ella con una sonrisa y yo  con una mirada confusa, me guiña un ojo y me susurra al oído “yo también se jugar amor”.

Vi a Nathalie ponerse roja del coraje, cuando ella abrió la boca para decir algo le dije _Nathalie por favor vete, luego hablamos.

No me preocupaba en lo absoluto que ella se enfadara cuando me da la gana, voy y la follo hasta que se le olvida hasta su nombre, modestamente nunca se me ha negado una mujer.

Después que Nathalie salió miro a Annabell y le pregunto —¿qué diablos fue eso? —le doy una sonrisa pícara para disimular lo confundido.

—Un beso y una pequeña venganza, no viste del modo que me miraba tu oxigenada —me dijo de lo más divertida

-Me arruinarte lo que podría ser de los mejores revolcada de mi vida. -le digo para parecer adolorido.

—Bueno mi don Juan para otro momento será —dicho esto me dio una palmadita  en el hombro y tomándome por sorpresa me agarro mis entre  pierna y me dijo: —Huyyy te toca otra ducha, pero esta vez con agua fría jajaja, dicho esto se fue a su habitación riendo, dejándome confundido con su actuación.

Me cambié y me fui a mí encuentro,  tenía que descargarme con alguien  y Erika era perfecta para eso.

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Gracias por leer!!! Un beso 😘



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