CAPÍTULO 19

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Edwards Collins.

Abrí los ojos y lo primero que vi fue ese rostro  angelical que me trae loco desde hace unos meses, ya sé que al principio no me  atraía, pero  poco a poco me  he enamorado de ella, aunque es hermosa, no me atrae solo el físico como las demás, me encanta su manera de ser, su forma de ver la vida, su naturalidad y esa sonrisa que hace que mi corazón se detenga cada vez que la veo.

La noche de anoche fue perfecta, nada de lo que habia imaginado se acerca a la realidad sencillamente fue perfecta.

—Buenos días nena —le digo cuando ella  abrió sus ojos.

—Buenos días —me contesta con vergüenza y se tapa la cara con la sábana.

—No hay nada que avergonzarse ambos lo deseábamos y lo disfrutamos, además somos esposos es algo normal ¿O no?  —le digo quitándole la sabana de la  cara, ella  solo se limitó a sonreír.

Empecé a besarla por su cuello, su cara, sus labios —me vuelves loco —le digo y comenzamos nuestro primer round del día.


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Annabell Brooks

Han pasado unos meses desde mi cumpleaños, por mucho fué el mejor cumpleaños que he tenido, desde ese momento todo ha sido como un sueño, Edwards es un hombre maravilloso, quién diría que ese hombre  orgulloso, engreído y mujeriego, llegaría ha hacer un esposo ejemplar, me envía flores, siempre está al pendiente de mí, no pensé nunca que este hombre me pudiera llegar hacer tan feliz, mis padres están encantado con él y su familia es un sol conmigo.

A pesar de que no hemos podido tener una verdadera luna de miel, el se asegura de compensármelo, cada vez que tiene oportunidad, aunque últimamente casi no nos vemos.

Desde que su padre anunció su retiro y el asumió la presidencia de la empresa esta entre viajes y reuniones pero el tiempo que estamos juntos lo aprovechamos, no es que no tengamos nuestra s diferencias pero tratamos de nunca irnos enojados a la cama, aunque todavía conserva su cuarto se queda en mi habitación a dormir cada vez que esta en casa, creo que el conservar su cuarto le da una sensación de libertad.

Es medio día y estoy  en la oficina terminando unos informes, me tomo unas pastillas, pues me siento mal de salud desde hace unos días. Mi móvil suena “Edwards” aparece en mi pantalla, —Hola amor —digo.

—Hola nena, puedes pasar por mi oficina y buscar unos papeles que hay en mi escritorio y llevarlos a casa, por favor.

—Ok, ¿Llegas este fin de semana?

—No se nena, te dejo estoy muy ocupado, te llamo más tarde —dicho esto cuelga.

Me quedo mirando la pantalla de mi móvil con cara de confusión, nunca ha sido tan cortante y en los últimos dos días casi no hemos hablado, se esta comportando muy extraño, solo unas pocas palabras y cuelga.

Me sigo sintiendo mal y decidí que mejor me voy a mi casa, paso por la oficina de Jonathan y le comunico que me voy a mí casa, porque no me siento bien.

Llego a la oficina de Edwards a buscar los dichosos papeles —hola Camila, vine por unos papeles que Edwards me dijo que me llevara        —digo amable a la asistente de Edwards.

—Claro señora, están encima del escritorio del señor.

Entro a la oficina a buscar los papeles, no sé qué tan importante serán que no los puede mandar con el mensajero. Busco en el escritorio y encuentro una rosa y una nota “mira hacía atrás” escucho la puerta cerrarse tras de mí y la figura de Edwards se encuentra frente a mí con esa sonrisa maliciosa y sexy que lo caracteriza —hola nena     —me dice y camina hacía mí.

Yo camino hacia él y parecemos como los protagonistas de una película romántica cuándo se reencuentran, el me besa y yo lo beso.
—Te extrañaba tanto —me dice sobre mis labios

—Yo también te extrañaba, no vuelvas a dejarme tanto tiempo sola —le digo  haciendo puchero como una niña pequeña y le doy una palmadita en el pecho.

Ríe —Sabes que no es mi culpa, el negocio no se atiende solo —me dice y vuelve a besarme, se despega rápidamente como si se hubiera acordado de algo —estar ardiendo —me dice

—Mmm —le respondo con una sonrisa pícara

—No Annabell, no hablo de eso, estas ardiendo en fiebre —me dice preocupado tocándome la frente.

—Si tengo unos días sintiéndome mal.

—¿Y por qué no me lo habías dicho?

—Lo intenté varias veces pero  hablamos poco estos días, estabas muy ocupado y no te quise molestar.

—¿Ya fuiste al médico?
—No, es solo comienzo de gripe, ya me tomé unos analgésicos.

—Ven vamos a la casa necesitás descansar, en el camino llamo al doctor —dicho esto me tomó de la mano y salimos de la oficina.

—Camila, cancela todas mis citas y reuniones de hoy

—Señor, el señor López lo espera en la sala de juntas.

—Dile que me disculpé, que se me presento una emergencia, arréglale una cita para después.

—No es para  tanto, me podía devolver sola a casa y tu seguías con tus cosas, la reunión con el señor López era muy importante, eso te retrasará toda tus negociaciones —le digo mientras llegamos a casa.

—Claro que no nena tu eres más importante, ya veré como le hago     —dice y me carga en sus  brazos y me lleva a la habitación, me quita la ropa y me pone el piyama.

—Regreso en un momento, me voy a dar una ducha y llamaré al doctor

Sale de  la habitación y yo quedo dormida casi inmediatamente.

—Nena, nena —me dice al oído para despertarme.

—Mmm —respondo adormida.

—Según el doctor, la fiebre es virar, mando a que te tomes estos medicamentos y si en veinticuatro horas sigues igual debo llevarte a consultá —me dice y me extiende unas pastillas y un vaso con agua.

—¡Ahora a comer! —me dice y me lleva a la boca una cuchara con sopa de pollo.

—Uhy me podría acostumbrar a esto —le digo y sonrío.

—Te dejo unas semanas y ya eres un desastre —me dice bromeando mientras me da de comer.

Pongo los ojos en blanco. —Es suficiente —le digo refiriéndome a la comida, la deja en la mesa al lado de la cama y se acuesta a mi lado y yo me acurruco en sus brazos y me quedo dormida lo último que escucho es que me dice —¡Te extrañaba pequeña!.

Al día siguiente me siento mejor, pero no del todo recuperada, Edwards insiste en que me quede en casa y que el solo va a resolver unos pendientes y vuelve rápido.

Tomo la laptop de Edwards para enviar unos mensajes, veo que él dejó su correo abierto, cuándo me dispongo a cerrarlo llega un mensaje, mi curiosidad o no se si mí instinto femenino hace que abra el mensaje “Una reunió muy productiva, estoy segura que ambas partes quedamos satisfecha con las negociaciones, espero confirmación de la próxima reunión”, marco el mensaje como no leído para que Edwards no se de cuenta que lo he leído, a simple vista parece un mensaje de negocios pero algo me dice que no lo es.


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¡¡Gracias por leer!! Un 😘

Gracias a todas las que me han dejado mensajes, los leo todos, gracias por las ideas que me han dejado las tengo pendiente, gracias por sus mensajes de apoyo son muy importantes para mí.
No duden en dejarme sus ideas y si ven algún error no duden en señalarlo, claro con respeto.

No se  pero yo estoy 😍😍 de Edwards

¿Díganme si no es un sol?

¿Que opinan?

Las quiero mucho....







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