Capítulo 9: Nuestro infinito

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Aden dormía cómodamente en mi cama todavía, era demasiado temprano, no podía esperar otra cosa. Busqué algo de ropa para cambiarme y me dirigí enseguida al baño para tomar una ducha.

Observé el reflejo de mi rostro en el espejo y mis ojos estaban hinchados aún, nada que un poco de maquillaje extra no pudiera cubrir.

Dejé que el agua tibia limpiará cada parte de mi cuerpo y se llevará con ella los restos amargos de la noche anterior. Sentía el cuerpo más liviano, como si hubiese soltado por fin una gran carga. Mi alma estaba en paz, una paz que Clarke me había regalado en cuanto me abrazó y sentí que no estaba sola, que jamás lo había estado. ¿Cómo era posible que tuviera ese poder sobre mí? El de aliviarme el alma, de hacerme sentir acompañada, el de devolverme una paz que había perdido hacía tiempo. Y... cuando me besó... ¡Dios! Clarke me besó. Mis dedos rozaron delicadamente mis labios buscando convencerme cuan cierto había sido aquel beso tan perfecto. Perfecto por todo lo que generó en mi y todo lo que despertó de un recinto bien guardado en mi corazón. Algo que no sentía desde hacía años, y que permanecía guardado muy dentro de mí. No era la primera vez que los labios de Clarke habían tocado los míos. La mente me llevó de vuelta a mi cumpleaños número 15.

*FLASHBACK*

- Clarke, ¿Por qué estamos aquí arriba?- Pregunté dudosa cuando mi mejor amiga me arrastró hasta el tejado de su casa llena de ansiedad.

- Tú sólo sube. - Dijo sonriente estirando su mano para ayudarme a llegar hasta ella.

- Ven, siéntate. -

- ¿Ya me dirás?

- Eres impaciente Lexa. -Exclamó riendo.

- Es que sé que traes algo entre manos, y sabes que odio el misterio.

- Sólo quiero darte mi regalo de cumple años. - Sonrió aún más emocionada.

- ¿Y no podría haber sido sobre tierra firme?- Bromee y ella río

- De aquí podrás verlo mejor. - Entonces mi rostro se mostró dudoso.

-Mira. - Me ordenó apuntando con su dedo hacia el cielo estrellado. - Allí, al lado de la constelación osa menor, hay una pequeña estrella brillante. ¿Puedes verla?- Mis ojos buscaron el punto que Clarke me estaba marcando. Allí estaba era una pequeña estrella muy brillante y hermosa.

- Sí, puedo verla. - Dije aún dudosa sin despegar la mirada de aquella estrella.

- Esa estrella... se llama Lexa, y es tuya. Es mi regalo de cumple años. - Mis ojos se cristalizaron y sentí una emoción enorme en el corazón. No podía creer lo que mi mejor amiga había hecho.

- ¿Es en serio Clarke?- Mi voz demostraba le enorme emoción que mi alma sentía.

- Lo es. Tengo un certificado y todo en donde lo deja asentado. - Dijo encogiéndose de hombros. Rodé su cuerpo con mis brazos y la abracé fuerte. Había sido el gesto más hermoso y dulce que nadie hizo por mí en toda mi vida.

- Quería regalarte algo especial... Algo que realmente merecieras. Y... pensé que merecías algo tan bonito como esa estrella brillante. Y pretendía que cada vez que miraras el cielo y la veas pienses que siempre voy a estar contigo, cuidándote. - No pude más que abrazarla porque la emoción no me permitía soltar palabra. Pero entonces, se separó unos centímetros y acercándose despacio a mi rostro, me dejó un pequeño beso en la comisura de los labios. Aquello hizo que el corazón me comenzara a latir muy rápido y sentí recorrer por mi cuerpo una especie de electricidad que llegó hasta mi alma.

¿Casualidad o destino? [CLEXA AU]Where stories live. Discover now