🌟|•Capítulo 35•|🌟

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Voy con Josh en el maserati rojo mientras veo por la ventanilla el cielo teñido de un intenso color gris, una luz molesta choca justo en mi cara, y me produce un extraño dolor de cabeza

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Voy con Josh en el maserati rojo mientras veo por la ventanilla el cielo teñido de un intenso color gris, una luz molesta choca justo en mi cara, y me produce un extraño dolor de cabeza.

Mi débil corazón late desenfrenado dentro de mi pecho mientras pienso en Axel.

En que es muy probable que cuando lleguemos las vendas ya estén fuera de sus ojos.

Que estos podrán enfocarse otra vez en los míos, que podrá distinguirme y reconocerme.

Dios, me aterra tanto lo que sienta.

Tengo tanto miedo de no gustarle, y no ser lo que él espera.

La felicidad recorre mi cuerpo, pero también el miedo, estoy aterrorizada.

No sé cómo vaya a reaccionar al verme, o que cosas pueda comenzar o dejar de sentir por mí, al recordar lo común que soy.

Ni siquiera estoy segura de sí le gusto en este preciso momento o si ya su estado de ánimo de hace tres días cambió.

Y no quiero ser esa persona que espera por amor, o a que esa persona se decida a expresarlo.

Estoy loca por él, pero tengo mucho miedo, tengo muchísimo miedo.

Mi garganta está seca y en mi mente sólo se repite que pronto me va a ver, que pronto va a ser consciente de mis defectos, que sus ojos podrán detallarlos y detestarlos.

Podrá ver todas aquellas cosas que me vuelven insegura.

Y mi inseguridad se la debo a tres personas, Jazmín, Josh y Eidan.

Los encargados de destruir mi autoestima.

Josh a mi lado no dice nada, sólo conduce con la expresión seria y los ojos fijos en el camino.

Muerdo mi labio cuando él se detiene frente al hospital lanzándome una mirada.

-¿Qué sucede? -pregunta desinteresado.

-Nada...

-¿Estás nerviosa? -insiste confundiéndome.

-Si -murmuro-. No sé qué vaya a pensar Alex.

Él sonríe con tranquilidad y vuelvo a ver en él ese chico que me abrazó en el pasillo de la escuela luego de defenderme de Eidan.

-Como si fueras una diosa -responde-. No es que yo lo crea, pero él tiene gustos muy extraños.

-Idiota.

-Estoy hablando en serio -su expresión se vuelve neutra y mira hacia la concurrida calle por el cristal-. Eres todo lo que él quiere desde hace años y sonará insólito, pero me di cuenta primero que él.

-Pareces incluso más seguro que él -bromeo.

-Ya te dije que ustedes son iguales -rueda los ojos saliendo del coche y para mi sorpresa da la vuelta abriendo la mía ayudándome a salir- Jamás van a admitir que se gustan, pero es algo muy obvio.

Los ojos también mienten © #1 [✔]Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu