🌟|•Capítulo 18•|🌟

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—Me vas a contar todo —amenacé a Felipe cuando regresé a la sala y él se quedó mirándome con sus bonitos ojos color chocolate

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—Me vas a contar todo —amenacé a Felipe cuando regresé a la sala y él se quedó mirándome con sus bonitos ojos color chocolate.

—¿Todo qué? Ya sabes lo que debías saber, soy tu tío, eso no tiene mucha ciencia, Biangelis.

Suspiré.

—Mira, ahora yo voy a ir a buscar unas fotografías de la escuela a la casa de Priscilla —le informé—. Puedes venir conmigo y me cuentas como es que te enteraste.

—Debo hablar primero con él.

—Ellos no van a bajar en todo el rato, él está intentando convencerla de que no lo mate y ella está considerándolo —elevé ambas cejas.

—Supongo que también está considerando el no matarme a mí —sonrió con tristeza pasando sus manos por sus rodillas.

—Puedo jurarte que no, es más quizás le alegre verte mañana en la iglesia.

—No digas tonterías, ¿Cómo es que podría alegrarle ver al bastardo de su hijo cerca de ella? —me miró con desagrado.

—Mi abuela es la mejor mujer que vas a conocer y tienes suerte de que sea ella la esposa de Julián, y no mi otra abuela, la madre de mi madre, de ser así ya estarías muerto. Así que vamos, acompáñame con Priscilla —le sonreí intentando convencerlo, aunque en realidad yo solo quería escuchar su historia, conocer las razones por la que decía ser el hijo de mi abuelo, en el fondo no quería creerle, era muy difícil tener una idea de tu vida y que de repente llegara alguien a quien creías conocer siendo más parte de ti de lo que realmente pensabas—. Además, no me puedes dejar salir sola de noche, ¿No era ese tu motivo para acompañarme la otra noche? —pregunté sarcástica.

—¿No vas a parar, cierto? —cuestionó—. Igual voy a tener que decirte, así que vamos —se levantó del sofá cansado—. De paso también veo a tu amiga.

—¿Eso también lo hiciste para acercarte a mí? —lo miré sorprendida.

—No —me río—. Debo admitir que eso me hizo sentir más cerca de ti, por algún momento incluso pensé que podría ser tu amigo antes de contártelo todo, pero las cosas nunca salen como las planeamos —comentó mientras juntos salíamos fuera de la casa.

Para nuestra mala suerte estaba lloviznando, así que tomamos un paraguas enorme de color azul de un armario que tenía mi abuela bajo las escaleras, y juntos salimos a la calle continuando con la conversación.

—Debiste decírmelo, hoy pude haber reaccionado de otra forma, odiándote tal vez. Es mejor decir las cosas desde el principio.

—Lo lamento, pero quería que lo supieras junto con toda tu familia Lis y claramente que primero lo supiera tu abuela, para que digiriese la información. Tampoco fue fácil para mi enterarme, tenía una vida simple hasta que ocurrió ¿Sabes? Solo iba a la escuela, jugaba basquetbol con mis amigos, salía con mi novia, no tenía preocupaciones familiares porque pensaba que era hijo único y que solo éramos papá, mamá y yo. Estaba bastante equivocado para entonces, lo único que tenía era una vida de mentiras, ahora ya ni sé —respiró fuerte haciendo que de sus labios se escapara un poco vaho por el frío que hacía aquella noche.

Los ojos también mienten © #1 [✔]Where stories live. Discover now