~¡baja a limpiar la cocina ahora!~los gritos de mamá me hicieron borrar mi sonrisa.

~¡apúrate, mocosa!~

Con toda la pesadez del mundo bajé nuevamente.

~Ya no tolero verle la cara.~la voz de mi madre desde la cocina me hizo detenerme a media escalera~. Me recuerda tanto a John.~

¿Mi hermano?

~Yo tampoco quiero verla, pero ¿qué podemos hacer?~papá bufó frustrado~. Si tan sólo ella hubiese desaparecido y no mi niño...~

Me tapé la boca rápidamente, ahogando el llanto mientras volvía a subir a mi cuarto, cerrando la puerta detrás de mi.

¿de verdad me detestaban tanto?¿tan molesta es mi presencia aquí?

Pues... si tanto les molesto, voy a darles lo que quieren.
Caminé a paso decidido hacia el baño, pero algo me hizo detenerme.

Bill.

No podía simplemente irme y no despedirme de él.
Tomé bolígrafo, un papel y escribí lo que mi corazón me dicto.

"Gracias por todo, Bill. Eras lo único que me hacía sentir querida en este mundo. Tú y los perdedores.
Pero lamentablemente, solo son 7 personas las que me quieren, mientras que el resto me considera una molestia, incluidos mis papás. No quiero ser un estorbo nunca más.
Te quiero, Bill. Como no tienes idea."

Guardé la carta en uno de los libros que Bill me había prestado, pues volvería a sus manos tarde o temprano.

Ahora sí, debía terminar con todo esto.

Llené la tina, me metí en ella y tomé la pequeña navaja.

–Bueno... tal vez en el otro mundo la gente me quiera e incluso... podría haber otro Bill.–sonreí secamente antes de cortar mis muñecas.

Narra la escritora

En cuanto los padres de la niña notaron que esta no bajaba, subieron decididos a darle una buena paliza. La puerta estaba cerrada.
Lo que comenzó como ira, pasó a miedo y luego a desesperación. El padre embistió la puerta unas cuantas veces hasta que cedió. La mujer revisó el cuarto nerviosa, soltando un grito desgarrador al entrar en el baño.
Su hija, aquella a la que tanto habían maltratado en esos años, se encontraba pálida, sin vida, en la bañera teñida de rojo.

°•°

La policía no tardó en llegar, al igual que muchos vecinos curiosos por el alboroto.
Entre toda la multitud, Bill Denbrough acompañado por su mamá se abrió paso hasta la entrada de la casa.

–¿D-dónde está ____?–preguntó el chico al borde de las lágrimas al toparse con los padres de su amiga.

–Ella... se ha ido, Bill.–respondió la madre entre sollozos.

–¡e-e-esto es s-su culpa!–el chico señaló enojado a ambos mayores–. ¡U-ustedes la mataron, ustedes!.–

Ambos adultos no dijeron nada, sabían que el niño estaba en lo cierto.

°•°

Varios días habían pasado desde la muerte de ____, cuando alguien tocó la puerta de los Denbrough.

–Hola, Bill.–una desconocida se encontraba parada en la entrada con una débil sonrisa.

–¿q-quién es usted?–Bill la miró con desconfianza.

–Soy Nora, tía de ____.–

–No sabía q-que ella tuviese tía...–

–Su madre y yo nunca nos llevamos bien, nunca tuve relación con ella.–

–Ya veo... ¿q-qué quería?–

–Nada, sólo... venía a traerte algunas cosas.–le tendió una caja–. Mi hermana y su marido están en prisión ahora y yo vine para ocuparme de la casa. Éstas cosas estaban en el cuarto de ____ y... de seguro ella hubiese querido que tú las tuvieras.–

El chico tomó la caja como si fuese un tesoro, para luego despedirse de la mujer y entrar a su casa.
Subió a su cuarto, dejando el paquete sobre la cama con cuidado y comenzó a revisarlo.
Se trataba de libros, fotos y demás objetos que, aunque para otros no eran más que cosas simples, para Bill eran invaluables.
Se levantó y comenzó a acomodar las cosas por todo el lugar, pero cuando tomó uno de los libros de la escuela, un papel salió despedido. Bill lo tomó con curiosidad, pero al ver de qué se trataba comenzo a sentirse mal.

–____...–se llevó el papel al pecho–. Y-yo también te quería... C-como no tienes idea.–

–

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~° One shots y otras cosas de "IT"Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ