035| La sonrisa que me gusta

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Abril 22

NARRADO POR MARY:

¡Estoy nerviosa!–le solté golpeando mi frente contra su pecho soltando todo el aire que había estado reteniendo.

Mary, respira hondo. Todo te saldrá bien hermosa–me dijo este dándome un leve apretón en los hombros para reconfortarme.

Miré a Mike que estaba sonriéndome. Sabía que él también estaba nervioso, pero no quería admitirlo. Lo conocía tan bien como para saber que cuando mordía su labio con tanta insistencia era porque estaba nervioso. Ese era el efecto de conocernos tan bien, era difícil mentir entre nosotros.

Mejor concentrate en terminar de arreglar ese cabello tan espectacular que tienes–me dijo este alborotando los risos que me habían hecho.

Alejate de ese cabello Mike–le advirtió Mabel entrando en el camerino–Me a costado ayudar a su estilista para poder mantenerlo intacto.

Mi querida asistente siempre siendo tan directa como solo ella podía serlo. Siempre me había hecho pensar que detrás de sus quejas podía haber algo llamado celos. Ella y Mike siempre han llevado esa relación odio–amor que nadie puede entender.

Que aguafiestas eres mujer–se quejó Mike alejándose de mí con sus brazos en alto–Necesitas una dosis de la personalidad de Sofía en tu ser haber si mejoras.

Reí ante el comentario de Mike.

El sabía que ese era el grano que derrumbaba la paciencia de Mabel y sus celos salían a la luz sin problema alguno. Creo que así fue que me di cuenta de sus sentimientos hacia él.

Sofía se había mudado conmigo hacía poco más de unos seis meses, cuando su enamorado se había trasladado a Argentina para estudiar unos meses y ella quería estar con él. Ambos se comenzaron a llevar muy bien porque este se la pasaba todo el día en mi departamento ya que habíamos usado este como oficina para atender todo los asuntos de nuestro evento.

Fuera de aquí Mike, necesito terminar y no ayudas–le dijo Mabel hechandolo con un poco más de coraje.

La ví como fruncía su ceño mientras rebuscaba en el cajón de pasadores. Yo sabía que a ella le gustaba, era solo cuestión de admitirlo. El pensamiento de empujar un poco las cosas me había estado invadiendo estos días. Tal vez podía ser yo la cupido de está relación.

Creo que necesito un poco de agua–le dije sintiendo como mi garganta comenzaba a secarse.

No tomarás agua. Te puede dar dolor cuanso estes en el escenario y no me lo perdonaría–me contestó está.

Bufé irritada y seguí maquillandome mientras ella recogía todo mi cabello.

¿Crees que venga?–preguntó Mabel con una sonrisa a través del espejo.

Enseguida supe a que se refería.

Debo admitir que aguardo esperanza, lo prometió–le dije en respuesta con un leve encogimiento de hombros.

Sonreí. Una sanrisa que no llegaba a mis ojos. Sabía que no vendría. No tenía caso que lo hiciera luego de un año. Con suerte y me recordaba. Estaba segura, pero me dolía decirlo en voz alta. Él había tocado fibra sensible en mí y eso aún lo recordaba.

Prometido Falso Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin