016| Ha su cuidado

478 27 7
                                    

Septiembre 25

Narra Juan Pablo:

Había amanecido enfermo.

¡Enfermo!

Total desastre para mí vida cuando Los Ángeles estaban espectacular hoy y eso rara vez pasaba con el cambio de climas loco que sufría este lugar.

Mario había ido por el mandado hoy aunque se supone que me tocará a mí. Y la realidad era que no tenía ánimos de mover un pie de mi cama el día de hoy. Estaba demasiado buena y acogedora.

El viaje a Hawaii había terminado espectacular y hasta ganas de volver con mi hermano tenía.

Y al final cuando me levanté esta mañana hasta raro se sentía levantarme y no tener a Mary a mi lado. Hasta extrañe las malditas patadas que lanzaba a las dos de la mañana por qué claramente ella soñaba todos los días que era futbolista o algo parecido.

Detuve mis pensamientos cuando escuché a Mario entrar pero comencé a preocuparme cuando en mi cabeza sus pasos sonaban dobles. Realmente me estaba enfermando mal. Ya comenzaba a tener alucinaciones.

¡Llegué!-grito Mario- Traje ha alguien más, espero no te moleste.

Suspiré aliviado.

Al menos no estaba teniendo alucinaciones aún.

No-le contesté.

Mi voz había sonado un poco distorsionada y hasta parecía haber imitado al gallo Claudio.

Es una vecina-escuché que me grito.

Ajá-respondí pero comencé a toser por qué me esforse en que saliera más clara mi voz- No hay ningún problema.

Pero comencé a pensar que todas mis vecinas que entraban a la casa eran tuteadas por Mario o por mí. Lele, Innana, Hannah, la chica de la taza de azúcar.....

¡Mary!

Creo que era la única vecina de nosotros que Mario no conocía aún era Mary.

Me levanté antes de que si quiera empezarán a hablar y fueran a hablar de mí.

Conocía a Mario y comenzaría a decir cosas sin darse de cuenta y ella se enteraría de todos mis secretos que claramente los oculto por tenerla un poco protegida. Mientras más lejos este de mi fama será mejor para ella.

Los escuché ha ambos hablar así que me apresuré ha salir como andaba. No me importó mis terribles fachas en aquel momento.

Y yo que pensaba que pasaría la tarde en la cama.

Emm... sí. Es mi amigo-escuche decir a Mario.

¿Qué haces aquí y vestida de esa forma?-le pregunté arqueando mi ceja.

Debía recalcar que andaba con un pantalón deportivo y algo que parecía más un sosten que una camisa. Aquello ni siquiera la cubría.

Ella estaba de espaldas a mi pero rápidamente se volteo.

De todas las preguntas que se te pueden ocurrir me preguntas por mi vestimenta-inquirió cruzándose de brazos.

Claramente por qué James debe de estar merodeando por ahí ahora que volvimos y si Mario te encontró por ahí, he invitó a la casa es por qué estabas en el pasillo y es claro que en esas condiciones-le dije cruzándome de brazos y comenzando a toser por el esfuerzo.

Me daba fatiga hasta hablar.

Y eso me hacía plantearme si debía volver a Hawaii solo para llevar a mi hermano. Por qué el cambio de climas me había matado.

Prometido Falso Where stories live. Discover now