03| La Cena

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Canción: Creep - Amber Island

Foto: Juan Pablo

Aquel almuerzo con el chico que iba a fingir ser su prometido había sido raro y no en el mal sentido. Hacían ver que un prometido falso pasaba todos los días. Era así como algo normal se podía ver raro.

Según el reloj de Mary faltaban tres horas para que esa cena empezará. Eso era tiempo suficiente tiempo para ella poder terminar de alistarse y ver algo en la tele.

Se quitó la camisa quedando solo en sujetador y se puso unos shorts de pijama. No había nada que la relajara más que maquillarse sin camisa. Era algo estúpido, pero para ella era más cómodo. Sin calor y sin miedo a manchar su ropa.

Primero bajo por su vaso de agua que tanto necesitaba y que siempre se bebía mientras se maquillaba. Agarró unos cuantos dulces porque no iban a estar nada mal y volvió a subir. Se sentó frente a su moqueta y agarró su espejo. No eran muchas veces las que se maquillara, pero cuando lo hacía lo disfrutaba porque la relajaba. Agarró su base y la esparció por todo el rostro. De fondo sonaba Confident que había sido su canción favorita de la semana.

Luego de lo que fueron cuarenta minutos estaba lista. Su base perfecta, sus ojos con una combinación entres los colores dorado y blanco, sus pestañas siempre habían sido largas por lo que no llevaba máscara y sus labios aún no los pintaba.

Su pelo iba en una coleta para que no se ensuciara con maquillaje por lo que la soltó para relajarse un poco y abrió su armario. Un traje blanco fue lo primero que vio así que eso eligió. Era corto pero decente, su espalda iba descubierta, en sus senos llevaba un corte en a bastante discreto y iba sujeto a su cuello.

Se puso el vestido por completo y se paró justo en frente del espejo. Nada mal le quedaba aquel vestido. Dejó suelto su cabello por si hacía frío no sentirlo tanto. Cepillo varias veces y puso un solo pinche en su cabello que era dorado en forma de triángulo.

Bajó hasta su sala de estar y se tiró sobre el sofá. Aún le quedaba una hora y diez minutos para que esa maldita cena empezará. Él timbre de su casa sonó por lo que se levantó y abrió.

Se sorprendió cuando vio a Juan Pablo frente a su puerta con un elegante traje formal negro y unos zapatos formales de hombre. Seguía con su mismo peinado alborotado, su brazalete clear que solo tenía una piedra negra y su sonrisa despreocupada.

¿Cómo podía estar tan tranquilo?

En menos de dos horas iba a conocer a sus suegros que para mala suerte eran falsos y tenía que actuar lo más real posible.

¿Qué haces aquí?–le preguntó Mary haciéndose a un lado para que pasara.

¿Cómo que si qué hago? Bueno soy tu prometido y tengo una prometida a la que no le conozco nada de la vida y tengo una hora para saber todo lo que pueda y memorizar lo mejor posible para hacerlo bien–dijo el mirándola con una sonrisa.

Pensándolo bien eso es cierto. Mi prometido no me conoce y yo tampoco lo conozco a él–le dijo Mary–Puedes sentarte.

Mary se sentó frente a él, pero en el suelo en posición de indio. Y lo miró esperando que dijera algo, pero este no decía nada.

¿Qué quieres saber?–le preguntó Mary. 

Bueno todo, se supone que soy tu prometido así que se supone que te conozca a la perfección–le dijo Juanpa. 

Comencemos con lo básico. Debes saber que odio las mentiras y sobre todo que me engañen–le dijo Mary–Mi nombre completo es Mary Liz Ross. Cumplo el 12 de junio, pero no importa mucho ese día. Soy artista, dibujo y pinto. Estudie en una Universidad de artes plásticas por tres años. Recién estoy volviendo a California luego de haber desaparecido por dos años y medios. Cuando desaparecí me fui a Argentina y se supone que te conocí allá. Mi mejor amigo es James y mi mejor amiga de toda la vida es Sofía. Tengo dos hermanas.

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