026| Noche de Brujas

497 20 3
                                    

Octubre 31

NARRADO POR MARY:

La dichosa cena de mi madre había quedado pospuesta debido a que mi padre había enfermado y se había negado totalmente a qué se hiciera la cena sin él. Así que tras peleas de mi madre la habíamos pospuesto hasta nuevo aviso, aviso que iba a tardar por qué seguiría poniendo excusas para posponerla todo lo que pudiera.

Sin embargó y a pesar de que quería con insistencia que fuera para ya se presentó el cumpleaños de Lucía que sería hoy noche de brujas. Lucía había organizado una fiesta en la casa lo que le impedía los planes a mi madre. 

La mencionada fiesta era en la casa de nuestros padres, en la noche y con ambiente digno de noche de brujas. En su invitación recalcaba que todos debían usar disfraces para asistir, lo cual era casi una obligación.

Comencé a soltar mis pequeñas trenzas que llevaba desde la mañana para que quedará una maraña de cabello parecido al de una bruja.

En el reflejo del espejo ví a James entrar a mi habitación con cautela.

Mary–me llamó James a mis espaldas con un tono de voz diferente al acostumbrado lo cual me puso alerta.

¿Qué pasa James?–pregunté dándome la vuelta en la silla giratoria.

Necesito hablar con alguien–me dijo soltando un suspiro mientras se tiraba en mi cama.

Esto es muy serio–reflexione más para mí que para él–Cuéntame.

Sabes que cuando viajaste a Las Vegas yo también viaje a reencontrarme con mi hermana y unos amigos–me dijo esté, asentí.

Ajá lo recuerdo, cuando me tuviste unos días confundida con mis sentimientos y te odié–le reproché.

No puede evitar perder el momento para quejarme de vuelta. Ya que gracias a el tuve que dudar mi seria oposición ante el amor.

Ajá, pues lo que pasa es que me encontré con Micaela....–lo interrumpí ante la mención de la chica.

¿La chica con la que estabas cuando yo estaba con Mike?–le pregunté.

Sí esa misma, lo que pasa es que me dijo algo.....–se detuvo, frunció su ceño como si recordara el instante–algo que me tiene aterrado.

Lo miré esperando a que terminará la oración, pero no lo hizo. Sacó de chaqueta un sobre y me lo extendió.

Un sobre que terminaba la oración.

No me digas qué....–me detuve.

¡Oh por Dios!

No puede ser cierto.

Soy papá, Mary. Tengo un hijo, un bebé–me soltó.

Cada centímetro de mi ser se congeló en el instante en que soltó la noticia. Ni siquiera podía procesar bien lo que acababa de escuchar y mucho menos podía responderle como el quería.

James es papá, papá. Obtendría una de las responsabilidad más grande de su vida a sus cortos veintidós. Sin siquiera haberse preparado antes para asimilarlo.

No puede ser....–murmuré.

Es que peor he quedado yo Mary en el momento en que me dijo que tenía un bebé nuestro. No supe que decir o cómo hablar por un rato–contó esté tomando su cabeza entre sus manos–Cuando logré hablar con ella me dijo que no quiere el bebé, no puedo dejar que termine con una vida que también es mía. Así que le dije que en cuanto lo tuviera me lo diera y aceptó–me explicó él–No se si seré un buen padre pero no quiero que ese bebé crezca sin una madre porque me aterra. Estoy teniendo problemas hasta para obtener la custodia porque el abogado dice que la jueza opina que los bebés no pueden criarse sin una madre.

Prometido Falso Where stories live. Discover now