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—¿Estás emocionada? —Justin rió entre dientes y apretó mi mano con la suya mientras nos conducía hacia el hospital.

—Sí. —Brinqué de arriba abajo en mi asiento, pero después Justin colocó su mano en mi muslo para evitar que siguiera dando brincos por toda la emoción. Él, para mi sorpresa, estaba tan feliz y entusiasmado por el bebé como yo.

—Detente antes de que te lastimes a ti y al bebé —dijo con severidad. Yo solo sonreí y carcajeé con euforia. Íbamos a nuestra primera cita para ver cómo estaba nuestro hijo.

Bueno, mis padres volaron de regreso a la ciudad, mi papá estaba muy enojado con Justin, pero, por suerte, no le gritó ni lo lastimó. Solo le dijo lo decepcionado que estaba, pero resolvieron las cosas. Excepto mi hermano, quien no me hablaba.

Justin.

Ella tenía una actitud sorprendentemente infantil y pegajosa. Me seguía a todos lados, y eso era adorable. Su panza no era tan obvia, pero la podía sentir contra mi mano.

Estacioné mi auto en un espacio vacío y entonces salimos. Ella estaba caminando tan rápido que casi se tropezaba y caía.

—¡Maldición, Ella! ¿No puedes calmarte y escucharme por solo una vez? —espeté mientras la agarraba por el antebrazo. Bajó la mirada y su labio inferior comenzó a temblar. ¿Lo ven? El embarazo la volvía pegajosa y emocional—. No, no, no, shh, no llores. No fue mi intención hablarte así. Pero deberías ser más cuidadosa la próxima vez. ¿De acuerdo, nena? —le pregunté mientras levantaba su barbilla utilizando mi dedo índice. Limpié sus lágrimas y presioné mis labios contra su frente—. No quiero ver que te lastimes.

—No me lastimaré.

—Lo harías si no hubiera estado allí para atraparte, bebé.

—De acuerdo. Te amo. —Sonrió y entonces se colocó en puntillas para picotear mis labios. Soltó una risita, después me arrastró hacia el interior del hospital—. Apúrate, viejo. —Carcajeó mientras me arrastraba.

—Vaya, despacio. —Me reí a la vez que evitaba que caminase tan rápido. Se rió sin control y después disminuyó el ritmo. Es simplemente adorable. Nos detuvimos frente al escritorio de la recepcionista.

—Buenas tardes. ¿Cómo les puedo ayudar?

—Estoy aquí para la cita de mi esposa con la doctora Samuels.

—¿Nombre?

—Stella Bieber.

—Ah, habitación 205 en el segundo nivel. —Sonrió. Le agradecí antes de caminar hacia el elevador. Me coloqué justo detrás de Ella con mis brazos rodeando su pequeña figura y colocándolos en su vientre.

—¿Cómo te sientes, nena? —le pregunté a la vez que colocaba mi barbilla en la parte superior de su cabeza.

—Bien, puedo sentirlo crecer. —Rió.

—Has estado actuando como una bebé últimamente. Mi bebé —le dije al oído. Ella jadeó de manera juguetona y me empujó.

—¡No es cierto! —discutió.

—Claro que sí. —Sonreí.

Después, las puertas del elevador se abrieron. Ella me sacó la lengua y se dirigió hacia la puerta, dejándome atrás. Me reí de su comportamiento para después entrar al cuarto y ver que Ella ya estaba sentada frente a una mujer de mediana edad.

—Aquí viene el anciano. —Ella rodó los ojos. Me senté junto a ella y tomé su mano, solo para que luego la apartara. Estaba molesta.

—Entonces, ustedes están aquí para la primera cita, ¿cierto? —preguntó.

Bieber Corporation → j.b → spanish versionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora