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13

Han pasado dos meses desde que dejé a Justin, había tomado unas cuantas copas pero no lo suficiente como para estar ebria. Solté un quejido y me levanté para encontrar a Justin, me sentía cansada. Lo vi sentado en un sillón, hablando con un hombre que se veía cruel, Justin lo miraba fijamente. Me acerqué a ellos; él levantó la vista y suspiró aliviado.

—¿Ya casi estás? —le pregunté suavemente. Él asintió y dio palmaditas en su regazo. Yo me senté encima de él y miré al hombre de mediana edad quien, básicamente, me estaba violando con los ojos.

—Mantén tus ojos aquí arriba —dijo Justin entre dientes. El hombre solo sonrió perversamente.

—Veo que te has buscado un nuevo juguete, Bieber —dijo.

—¿Dónde están tus modales?

—Ah, no es solo un juguete; otra nueva y joven multimillonaria: Stella Marie Adams —dijo en una mueca.

Justin me levantó y después se puso en pie también. Entrelazó mis dedos con los suyos.

—Nos vamos, diviértete —le dijo Justin al hombre y luego me arrastró hasta el exterior del edificio. Ignoramos los paparazzi y fuimos directos hasta la limo.

—Justin —lo llamé. Me miró y levantó una ceja—. Lo siento mucho —murmuré y sentí como mis ojos se humedecían; otro problema de estar con el periodo. Me pongo demasiado emocional. La expresión de Justin se suavizó una vez que vio mi rostro.

—¿Por qué lo sientes? —me preguntó.

—Si-siento como si hu-hubiera arruinado tu noche. Se su-suponía que tenía que ser es-especial y, si-siendo la perra egoísta que so-soy, de-decidí arruinar tu noche —sollocé.

—No arruinaste nada, Ella —me dijo y limpió mis lágrimas usando su pulgar. Frunció el ceño cuando vio que aun seguían cayéndome lágrimas.

—Sí lo hice —sollocé de nuevo.

—¿Necesitas un abrazo? Parece que necesitas uno —me sonrió débilmente. Asentí y me dio un abrazo de oso para luego subirme a su regazo y acunarme como a un bebé.

—Se me ha olvidado decirte lo preciosa que te ves esta noche —susurró y besó mi cabeza. Yo bostecé y hundí mi cara aun más a su pecho.

—Solo duérmete bebé —me dijo. Y con eso, me dormí en sus brazos. La mejor manera de dormirse cada noche.

La siguiente cosa de la que soy consciente es que me dejaron en una superficie suave y Justin me desvistió para ponerme una de sus camisetas. Estaba demasiado cansada como para oponer resistencia, pero por supuesto, me sentí incómoda con él desvistiéndome de esa manera. Pero aprendí que podía confiar en él.

Hemos estado saliendo desde hace un par de semanas, pero no nos hemos dicho ningún "te quiero". Tampoco me importa, no estoy segura de si lo quiero, aun.

—Buenas noches bebé —oí como susurraba Justin y, con eso, salió de su habitación para ir a la suya.

Dormimos en diferentes habitaciones porque no me siento lo suficientemente cómoda como para dormir con él, aun no. No quiero apresurar las cosas porqué eso haría que la situación fuera un poco extraña.

[...]

Me desperté la mañana siguiente con el sonido de la alarma apagándose. Dejé escapar un inhumano -realmente no- gemido. Simplemente, a veces no soy una persona a quien le guste madrugar.

Salí de la habitación, bajé las escaleras y fui directa hasta la cocina para hacernos el desayuno a Justin y a mí, pero, cuando entré Justin ya estaba allí en bóxers, cocinando algo. No pude evitar fijarme bien en su increíble espalda. ¿Cómo alguien puede verse tan bien desde atrás?

—Buenos días —escuché decir a Justin.

—Buenos días —contesté mientras me acercaba a él, quedándome detrás suyo—. ¿Por qué te levantaste tan temprano? —le pregunté. Él bajó la mirada hasta mí y me dirigió una pequeña sonrisa.

—No podía dormir y como ya son las ocho, pensé en hacerte en desayuno —dijo orgulloso.

—¿Estás intentado ser un buen novio? —le sonreí de manera traviesa y miré a lo que fuera que estaba haciendo; me di cuenta que estaba vertiendo los cereales en un bol. Después, orgulloso me lo entregó.

—Sí —sonrió y tomó su bol para después sentarse. Rodé mis ojos y me senté enfrente de él.

—¿Qué quieres hacer hoy? —me preguntó.

—No me importa —encogí los hombros. Él asintió.

—Bien, voy a ir a ver cómo va mi -quiero decir­- nuestro apartamento —me dijo—. ¿quieres venir o prefieres quedarte en casa? —me preguntó.

—Me gustaría quedarme en casa, no sé. Hoy no tengo ganas de ir a ningún sitio —contesté.

—¿Sigues aun con, ya sabes...?

—No —contesté—. Ya no —continué.

—¿Entonces por qué estás de mal humor? —sonrió. Lo miré fijamente y rodé los ojos.

—Vale, vale. Iré solo, no hay problema —él rodó los ojos mientras ponía los platos en el lavavajillas. Yo también puse los míos y después lo cerré.

—Vamos a ducharnos —dijo.

—Tu primero.

—¿No? Dije "vamos a ducharnos" y eso significa que vamos los dos —sonrió traviesamente.

¿Qué? Ni hablar.

—No —reí.

—No tomo un no por respuesta, nena. No es tan siquiera una pregunta —dijo y después me arrastró por las escaleras hasta mi baño.

—¡Justin! ¡No quiero hacer esto!

—Relájate nena —me guiñó un ojo y se desnudó.

—Justin —gimoteé.

—Vamos —me dijo. De alguna manera confié en él e hice lo que me dijo. Pero, antes de quitarme la ropa me paré, de repente me sentí insegura. Justin, quien tan solo llevaba puesto sus bóxers Calvin Klein, debió darse cuenta porqué se acercó hasta mí y acarició mi mejilla.

—No tienes por qué ser tímida conmigo, eres absolutamente preciosa —dijo y besó mis labios. Me encantaban sus labios, eran suaves. Lo tomé por el cuello y lo besé de nuevo. Se quitó sus bóxers y, después, su mano se dirigió a mi espalda y desató mi sujetador; a continuación fue a por la parte de abajo. La quitó y tomó mi mano, después nos metimos en la ducha.

—Eres preciosa —susurró.

—Para —me sonrojé. Él se rió y después me acercó a él. Me sentí extraña porqué mi pecho desnudo tocó el suyo.

Se separó un poco y acarició mi mejilla con la palma de su mano. Miré fijamente sus increíbles ojos marrones y noté que tenía bolsas debajo de sus ojos, probablemente porqué no había dormido esa noche.

—¿No podrías quedarte hoy y dormir un poco? —le pregunté.

—Necesito ver cómo va nuestro apartamento —sonrió—. Pero no tardaré demasiado —me besó suavemente.

Quizás ya estoy enamorada de este estúpido.