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STELLA


Me desperté el día siguiente por el sonido de mi teléfono. Gruñí y me deslicé fuera de los brazos de Justin con cuidado, sin querer despertarlo. Me estiré hasta la mesa de noche y tomé mi teléfono, pasando mi dedo por la pantalla para contestar la llamada sin ver el identificador de llamadas.

—Hola.

—Señorita Adams —oí a una voz familiar saludarme con un tono muy alegre.

—Es domingo, Carter —le dije silenciosamente, porque si Justin me oía hablando con él fuera de mi horario de trabajo, seguramente iría hasta Carter y le daría una paliza de muerte. Pobre chico. Pero simplemente así es Justin.

—Lo sé, pero encontré esta cosa realmente buena e interesante para nuestra compañía —respondió.

—Bueno, ¿podemos hablarlo el lunes?

—Esto es importante.

—Bien.

—Encuéntrame en Lenox Square —dijo.

Sin decir más, colgué el teléfono y me levanté de la cama, caminando hacia el baño para hacer mi rutina diaria, entonces cuando terminé me puse un atuendo apropiado.

Salí del closet y apagué las luces, vi que Justin estaba acurrucado con mi almohada y su boca estaba ligeramente abierta. Sonreí ante la hermosa vista del chico con el que finalmente me casaría. Hice mi camino hacia él y me senté a su lado, acaricié su rostro ligeramente y empujó mi mano lejos de su cara.

—Tengo que ir al trabajo, es una emergencia —le dije y lo besé en la mejilla.

—Es domingo.

—Es una emergencia —le dije. Él abrió los ojos y me miró, antes de suspirar.

—¿No te puedes quedar en tu casa con tu novio solo por un día, sin interrupciones? —Preguntó y se dio la vuelta, dándome la espalda.

—Lo siento mucho, pero...

—Tu carrera es importante, lo sé —dijo mientras se sentaba, sacando las piernas de la cama—. Sí, entiendo que es importante, pero no olvides que tenemos el mismo trabajo —dijo.

—No estoy hablando de eso —murmuré.

—Entonces, ¿qué? —Escupió mientras se daba la vuelta para verme—. ¿Sabes qué? No importa. Si quieres ir, entonces ve —dijo y caminó hacia el baño. Miré hacia la puerta del baño por, literalmente, cinco minutos. ¿Cómo pudo decir eso?

Suspiré y me levanté, dejando la casa. Estaba de muy mal humor porque básicamente Carter me llamó temprano un domingo y, ya saben, Justin está enojado conmigo.

Estacioné mi coche en una plaza libre, salí de él y lo bloqueé. Caminé dentro de mall, recibiendo miradas de algunas personas. Encendí mi teléfono para ver si Carter me había enviado un mensaje diciéndome donde estaba, y lo hizo. Dijo que estaba esperándome en Starbucks, así que fui allí y lo vi sentado, bebiendo su café frío y usando una camiseta blanca y unos jeans negros. Decir que Carter no era apuesto sería una mentira, pero no era nada comparado con Justin, en serio. Me acerqué a él y alzó la mirada hacia mí, sonriendo. Me senté y me miró.

—¿Quieres ordenar una bebida? —Preguntó.

—No, no puedo estar aquí por mucho tiempo —le dije.

—Qué pena.

—¿Cuál es tu idea? —Le pregunté. Él sonrió maliciosamente y se reclinó en su silla. Le fruncí el ceño.

Bieber Corporation → j.b → spanish versionWhere stories live. Discover now