Epílogo

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Una semana después.

Al fin la situación estaba más tranquila en el pueblo. No tuvieron nada más de qué preocuparse. Scott había estado al lado de Liam cuando pasó su transformación; ahora el pequeño era otro lobo, la transformación había salido bien. McCall amaba ver los hermosos ojos amarillos de su chico. Era perfecto.

Luego de eso Niall despertó a los días y estaba en mejor reposo. Deaton los había atendido con gusto, aprovechando el tiempo para estudiar más a fondo el origen y naturaleza de los banshees gracias a Zayn. En cambio Stiles estaba bien, decía no sentir ningún efecto de su banshee interior, claro que a veces sentía cosas y escuchaba voces, pero aprendió a ignorarlas. Derek lo acompañaba día a día desde que lo marcó. Su suegro a veces lo dejaba quedarse por mucho tiempo en casa con tal de tenerlos a ambos acompañándolo, o al menos cuando su trabajo le daba un rato de descanso. Sin embargo, el lobo estaba pensando en vender la casa, así podría tener dinero suficiente y comprar algo nuevo. Stiles estaba a favor y en contra, pues de cierto modo no le gustaba que su lobo vendiera algo por lo que había trabajado duro; pero por otro lado, debía admitir que su casa estuviera en medio del bosque, siempre le había asustado eso.

Aunque el progreso era bueno, ahora toda la manada estaba en sus casas arreglándose para la tarde. Hoy sería el funeral de Erika. Por lo tanto debían ir de negro y elegantes. Stiles a veces notaba decaído a su pareja, no lo culpaba, si él estuviera en sus zapatos estaría igual. Por eso trató de calmar al lobo en todo lo posible. Al final los dos entendían que la vida continúa. Ambos estaban a punto de tomar una ducha, ya habían desayunado y pronto sería el funeral. Así lo hicieron, con paciencia, lavaron el cuerpo del otro con cuidado y cariño. Una hora más tarde se estaban colocando sus trajes. Derek entendía que ahí iba a estar la familia de Erika, su manada, más ellos. Stiles terminó de colocarle la corbata a Derek y quitar cualquier rastro de arrugas mientras el alfa lo mantenía abrazado por la cintura. Aspiró el olor de Stilinski, una sonrisa adornando su rostro; él no veía ningún monstruo, él no veía ninguna criatura sobrenatural; ningún banshee. Él sólo veía al amor de su vida, frente a sus ojos y con una sonrisa apenada de que lo estuviera viendo tanto tiempo.

Amaba a Stiles, desde el principio hasta el final. En las buenas y en las malas.

No supo en qué momento su cuerpo se manejó solo y ya se encontraba uniendo sus labios con los del menor. Sonrió en medio del beso, atrayéndolo más cerca de su cuerpo, colocando una de sus manos en el cabello de su novio para acariciarlo. Las manos de Stiles, a comparación con las suyas, lo abrazaban y acariciaban su espalda con suavidad. Al menos su pequeño logró estar con ellos, podía darle la felicidad que le hizo falta después de tantos días en angustia. Casi un mes peleando contra una amenaza invasora.

Suponía que de eso se trataba la vida, suponía que quizás Stiles sí tenía razón y por algo debió pasar todo. Aunque se llevara con ellos parte de sus amigos, dejara pérdidas o corazones rotos, estaban a salvo ahora y nunca olvidarían lo valiente que cada uno fue al pasar por esta prueba.

(***)

Todos estaban de pie, escuchando las palabras de uno de los integrantes de la familia de la beta. Por otro lado estaba la manada, ahora con un nuevo integrante gracias a que tenían un lobito en la familia, Liam era otro beta gracias al cielo y Derek estaba pensando en adoptarlo junto a Stiles. Sin embargo ese no era el punto, el día estaba gris, con indicios de querer llover, como si el clima supiera que estaban diciéndole adiós a una gran luchadora. Según los rumores el cuerpo fue trasladado a la morgue y ahí tuvieron que aplicar una operación para poder unir la cabeza con el cuerpo y presentarla en un estado digno. Era terrible, doloroso y sádico.

Trajes negros estaban siendo lucidos tanto por hombres como por mujeres. Malia estaba a un lado de Issac junto a Lydia. Boyd lloraba sin pena, mostrando cuan afectado estaba de esto. Su amigo beta trataba de darle confort palmeando su espalda y sosteniendo una mano sobre su hombro. Pasaron varias personas a hablar, muchas historias contaron; desde cuando Erika era una pequeña insegura con problemas de epilepsia hasta cuando se enteraron de que era una loba. Por supuesto hubieron comentarios negativos antes de una buena y humilde reacción. Todos se despidieron una última vez para proseguir a enterrar el ataúd. Cada que bajaban unos metros más era como una agonía para la familia; ambas familias. Issac y Boyd fueron los que estuvieron siempre junto a ella, apoyándola, riendo y protegiéndose mutuamente. Era difícil para ellos.

The Wailing Man {Sterek}Where stories live. Discover now