Capítulo 5

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¿Un ban.. qué?

¿Qué demonios era eso?

Salí de la cocina revelando mi presencia, los cuatro pares de ojos me miraron y Derek tragó saliva sonoramente. Bueno, esto era raro, ahora me tendrían que mantener fuera del bosque. Cuando me siento mal o triste siempre voy exactamente al bosque. No podían prohibirme eso, el bosque era como mi mejor amigo, uno imaginario, hecho de troncos y hojas. ¿Por qué debía alejarme de aquello que amaba?

-¿Stiles? -dijo Derek posando una de sus manos en mi mejilla. -¿Estás bien, amor?

Un leve sonrojo me invadió, pero no había tiempo para sonrojarme. Lo miré entrecerrando los ojos, sabiendo a riendas que algo me ocultaban. Ni siquiera me di cuenta de cuando Erika dejó la cocina y volvía con los chicos. Le di un mordisco a mi sándwich todavía mirando a Derek acusadoramente, esperando que soltara todo. Él simplemente me miró con una sonrisa en su rostro.

-Te ves adorable fingiendo molestia. -dijo con amor. -Deja de verme así porque me enamoras más.

Maldito hijo de la.... madre. ¿Por qué sus palabras tenían un gran efecto en mí? Bajé la mirada sonrojado y él me tomó de la barbilla acercándose poco a poco con la intención de unir nuestros labios por segunda vez en el día. Justo antes de que lo lograra me separé viendo como fruncía el ceño en confusión.

-¡Deja de hacer eso! -dije apuntándolo con el dedo índice.

-¿Qué cosa? -dijo girando su cabeza un poco, la imagen me recordó a un perro cuando mira algo extraño.

Apreté mis dientes. ¿Es qué acaso era idiota? Me traía loco desde hace como cuatro días, me besa, me trata con cariño, me dice cosas lindas y... me hizo el amor. Quería matarme. No quería, en serio no quería, sentía que en cualquier momento me rendiría, en algún momento me resignaría y disfrutaría de sus caricias pero esto estaba muy extraño. Ya sé que Beacon Hills no es el lugar más normal del mundo pero tenía sus límites, hay cosas que simplemente no pueden pasar; Scott no puede sacar buenas calificaciones, Alison no puede ser normal, Boyd no puede ganarle a Issac en peleas y Derek no puede estar enamorado de mí.

-Tú sabes a lo que me refiero. -dije apretando mi mano libre en un puño. Había perdido el apetito. Entré otra vez a la cocina dejando la mitad del emparedado en el desayunador que ahí se encontraba.

Pronto sentí unas manos colarse por mi cintura y un musculoso pecho pegarse a mi espalda. Me giré rápidamente para comprobar de quién se trataba, efectivamente era Derek. Lo empujé para tratar de librarme de sus manos pero el lobo me atrajo con más fuerza y antes de que pudiera maldecirlo de muchas maneras se apoderó de mis labios, dejando delicados besos, rodeé su cuello con mis brazos profundizando, no podía evitarlo, tenía algo que me hacía desear más. Era como una jodida adicción.

Aún tomando mi cintura, Derek me apegó más a su cuerpo, pude sentir un gran bulto en medio de nosotros y abrí los ojos. Hale se dedicó a dejar un camino de besos desde mi oreja hasta mi cuello.

-Es mi imaginación... ¿o la tienes parada? -dije dubitativo. Una pequeña carcajada me hizo comprobar que estaba en lo correcto.

-Estoy listo para lo que sea que quieras. Es toda tuya. -me guiñó un ojo.

-No quiero eso. -dije zafándome de su agarre. El cabrón me volvió a tomar, esta vez de la espalda pegando su erección en mi trasero. Abrí los ojos como platos. Derek tomó mi oreja entre sus labios.

-Anoche no era eso lo que querías, eh. -dijo burlón. Sin pensarlo bajé mi mano echa un puño hacia su zona delicada. Mi puño impactando contra su entrepierna lo hizo soltar un gemido de dolor.

The Wailing Man {Sterek}Where stories live. Discover now