☣ Capítulo 18 ☣

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¿Pude rechazarlo? Probablemente.

¿Quería hacerlo? No realmente.

Mis amigos sentían una atracción extraña por ella, me negaba a llamarlo "amor" porque eso no podía ser. Tal vez, si me repetía la suficiente cantidad de veces que ellos no la amaban, se volvería real. La parte que lo complicaba todo, no era su atracción hacía la fierecilla, sino la mía por ella.

Porque sí, una extraña fuerza me quería llevar hacía Victoria, como si ella fuera el sol con una fuerza de gravedad descomunal y yo fuera el planeta que debía girar a su alrededor.

Si no puedes con el enemigo, únete. ¿Verdad?

Victoria era un enemigo, en cuestión de días había cambiado por completo mi vida, había hecho cambiar a mis amigos, me había hecho fallarle a Anubis y me había hecho aceptar el trato de convertirme en un hombre lobo al final del curso. Falta menos de tres meses para eso. Si eso no la convierte en un enemigo entonces no sé qué pueda hacerlo.

No tenía más opción que aceptarla en mi vida... como una amiga, solamente como una amiga. No es que yo haya estado pensando como un loco desquiciado en aquel casi beso, no es que yo haya estado pensando en que soy una basura por haberla rechazado y haberla hecho llorar, no es que yo haya querido repetir la escena para darle un final completamente diferente con mis labios sobre los de ella.

No, eso era un pecado, yo no podía hacerlo.

Besarla significaría aceptar que me había enamorado.

Podía vivir el resto de mi vida ocultando el secreto de mis amigos, permaneciendo al lado de Victoria observándola con discreción y rechazando cualquier pensamiento extraño sobre ella. Sí, podría lograrlo y esta noche, en esa fiesta, lo demostraría.

– ¡Es hora! –gritó Rodrigo desde el piso de abajo, Adam dejó de mirarme con los ojos entre cerrados, hasta ahora no había notado que lo hacía, y se dio la vuelta para salir del cuarto y obedecer al latino. Lo seguí.

Al bajar por las escaleras alcancé a quedarme lívido por un segundo.

Sus ropas no tenían tierra, ni mugre, ni partes destrozadas. Los gemelos usaban pantalones que realmente les tapaban las piernas y esa es toda una novedad, no habían rasgado ninguna de sus prendas, se habían peinado con algo de gel e incluso pude sentir un ligero aroma a colonia por parte de cada uno. Levanté una ceja buscando una explicación.

–Bueno, es la primera vez que vamos a una fiesta, es lo normal, ¿no crees? –se excusó Derek y pude notar que el resto pensaba igual. Sacudí la cabeza.

–Me abstengo de hacer comentarios, vamos. –salimos de casa para ver los dos autos estacionados, ambos del mismo modelo, un Jeep Grand Cherokee, uno negro y el otro plateado. Me subí al asiento de atrás del plateado sin decir una palabra más y esperé a que mis amigos me siguieran.

Rodrigo subió al asiento del conductor y Evan le hizo compañía al frente en el asiento del copiloto. Adam conduciría el Jeep negro y lo acompañarían Leo, Derek y Brian. Me limité a observar por la ventana esperando no tener que decir nada durante el viaje.

–Esta es una buena oportunidad para socializar más, tal vez sea bueno. Trata de divertirte, Seth. –hice un ronco sonido con la garganta como afirmando que estaba de acuerdo. – ¡Oh vamos! Seth, ella no es tan mala, si te tomaras el tiempo de conocerla te darías cuenta. –aparté la mirada de la ventana con gran brusquedad.

–Acordamos que no me estarías repitiendo lo "maravillosa" que es. –hice comillas con mis dedos al decir maravillosa mostrando mi desacuerdo. Pero no era lo que realmente sentía, ellos tenían razón, Victoria era maravillosa, todo en ella lo es. Sin embargo, no podía evitar enojarme cada vez que ellos lo decían, como si la conocieran mejor que yo, como restregándome en la cara que ellos fueron aceptados en su vida y yo no, porque ella me odiaba, Victoria me despreciaba y eso me partía a la mitad.

Pecar para amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora