—Bien —dijo, dándole así permiso a Matt de besarlo.

El castaño se acercó para besarlo, mientras se posicionaba arriba de él.

—Sería bueno terminar lo que comenzamos la otra vez —habló Matt entre el beso.

—¿Estás seguro? Créeme que si me das permiso, ya no podré detenerme —lo separó.

—Estoy seguro —sonrió y lo beso nuevamente.

Hudson levantó la playera de Matt, posicionando sus manos en su cintura, para luego subirlas por su espalda y terminar en su pecho, tocando sus pezones. Desesperado, Matt quitó se quitó la playera y se acercó a besar el cuello de Hudson, mordiendolo y dejando una marca roja.

Siguieron besándose y tocándose por unos cuantos minutos más, Matt había terminado en ropa interior mientras Hudson solo se había desabrochado la camisa.

El mayor metió la mano en la ropa interior de su compañero y comenzó a acariciar su miembro erecto.
Matt gemia en la boca de Hudson, se sentía realmente bien.

Jamás hubiera imaginado que un hombre pudiera hacerlo sentir de esa forma.

Matt trataba de no hacer tanto ruido, gimiendo bajo.

La puerta se abrió de repente, sorprendiendo a los dos chicos... era Max, quien se quedó callado, observando perplejo lo que frente a sus ojos estaba. Cerró la puerta en cuanto reaccionó.

En cuanto Max cerro la puerta Matt bajó de las piernas del mayor, para tomar sus prendas de la cama y comenzar a vestirse. Hudson solo comenzó a abotonar su camisa.

—Lo siento, es mi culpa —habló Matt, mirándolo avergonzado.

—Me van a despedir, si Max dice algo me van a despedir —pasó la mano por su cabello— mi familia quedará en  ruinas.

—No dejaré que eso pase —tragó saliva— no sabes cuanto lo siento.

—Es mi culpa también —suspiró y se levantó— vamos.

Matt y Hudson salieron de la habitación, Matt se dirigió a la habitación de su hermano mientras Hudson se dirigía a otro lugar.

—¿Max? —preguntó Matt, tocando la puerta— ¿puedo pasar?

—Un segundo —se escucho desde adentro— pase —habló después de unos cuantos segundos.

—Lo que viste... puedo explicarlo —habló en cuanto entró, después de haber cerrado la puerta.

—No es necesario, ya lo sabía —contestó Max, quien estaba sentado en la cama, Noah estaba dormido junto a él.

—¿Qué? —preguntó confundido

—Ni siquiera trataron de esconderlo, lo supe desde el día que los dos fueron a recogerme.

—Promete que no le dirás nada a papá —suplicó.

—Si tú no le dices nada acerca de Noah, estamos bien —extendió la mano.

—Es un trato —tomó la mano de su hermano.

Una vez Matt salió de la habitación caminó escaleras abajo. Encontrándose con su padre camino a la cocina.

—Matt —habló con aquel tono frío de siempre— los quiero a tu hermano y a ti en la oficina en unos minutos... de paso a Hudson, hay varias cosas que necesito discutir con él.

Asentir fue lo único que Matt pudo hacer, para acto seguido subir una vez más a la habitación de Max. Trato de buscar a Hudson pero este no aparecía por ningún lado.

Apostando el DestinoWhere stories live. Discover now