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Chris y Daril se encontraban en el auto de Chris.

—¿A dónde me llevas? —preguntó Daril.

—Vamos a caminar solamente —le sonrió.

—¿A dónde? —preguntó exigente.

—Tranquilo Daril, confía en mi... iremos a un lugar donde podamos estar solos tú y yo —dijo manteniendo su sonrisa.

—Bueno —contestó sin objetar.

El celular de Daril comenzó a sonar otra vez. Contestó.

—¡Daril! —gritó Charlie al otro lado del teléfono— necesito hablar contigo urgentemente.

—No grites, idiota —se quejó— ¿con qué tontería me saldrás ahora?

—No, en persona, esto se tiene que arreglar en persona —contestó— ¡cosas como estas no pueden hablarse por llamada!

—No.

—¿No qué? —preguntó confundido— Daril~ —dijo alargando la "i"— deja tu horrible actitud de lado, necesito que me ayudes en algo.

—Pídele a Jessie o a Dianne.

—Es que tú eres el único que puede ayudarme —lloriqueo.

—Estoy ocupado, deja de fastidiar —colgó.

—¿Quién era? —preguntó Chris curioso.

—Charlie —apagó su celular— ha estado llamandome desde la mañana.

—¿Para qué? —estaba celoso, era claro.

—No tengo idea, seguro una idiotez —levantó los hombros— ¿aún falta mucho?

—Un poco.

—Me dormiré un rato —dijo y sin esperar respuesta cerró los ojos y trato de dormir.

Chris siguió manejando lo que restaba del camino, en silencio, observando como Daril dormía cada que tenía la oportunidad.

Minutos mas tarde, Chris estaciono el auto al lado del camino. Observó a Daril y sonrió, estaba feliz de poderlo tener junto a él nuevamente. Y esta vez se aseguraría de no cometer ninguna tontería que pudiera separarlo de su lado.

—Me pones incómodo, deja de verme —habló Daril, sin siquiera abrir los ojos.

Chris rió.

—Ya llegamos —Daril abrió los ojos, encontrándose con árboles solamente.

—¿Qué haremos aquí? —preguntó mientras se acomodaba en su asiento.

—Caminar un poco, mi padre tiene una casa por aquí —le sonrió.

—Jamás te he oído hablar de tu padre, te he escuchado quejarte de tu madre... pero jamás hablar de él —volteo a verlo.

—No hay mucho que decir de él —se puso serio— tengo suerte si lo veo más de tres veces al año... pero eso no importa —abrió la puerta del auto para acto seguido salir, Daril hizo lo mismo.

Chris tomó la mano de Daril. Éste dio un pequeño brinco y se puso rojo.

—Eres adorable —rió y tomó su mano, para depositar un pequeño beso ahí.

—No lo soy —apartó la mirada.

Estar con Chris lo hacía comportarse diferente y sentirse diferente a como con otras personas. Pasar tiempo con él lo ponía un poco nervioso.

Apostando el DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora