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Noah respiró hondo antes de salir de su casa, el carro de Max estaba estacionado afuera de su casa. Estaba nervioso, él no era así.

Pero, ¿quién no estaría nervioso?
¿Conocer a la familia del chico con el que lleva saliendo qué? ¿unos cuántos días?

—No sabía que sabías manejar —habló Noah con una sonrisa nerviosa en cuanto subió al auto con Max.

—Aprendí a los doce —contestó con una sonrisa, mientras se acercaba a darle un beso en los labios— estas nervioso —aseguró en cuanto se separó.

—Claro que lo estoy —respiró hondo— ¿cómo no estarlo?

—Tranquilo —sonrió una vez más mientras encendía el auto— todo va a salir bien.

—Si tú lo dices —le regresó la sonrisa.

—Te ves bien hoy —dijo viéndolo de reojo, después de varios segundos de silencio.

—Tú te ves aún mejor —le sonrió de manera pícara... ahí estaba el Noah de siempre.

—Al parecer ya no estas nervioso —sentenció el menor después de soltar una risa.

Los dos siguieron platicando por el resto del camino. Quince minutos más tarde, Max estaba estacionando frente a su casa.

—¿Estas listo? —preguntó Max antes de bajar del auto, Noah simplemente asintió.

Los dos bajaron del auto, Max abrió la puerta de la casa para Noah. Una vez los dos adentro, se dirigieron a la oficina del padre de Max.

—¿Papá? —llamó Max, asomando la cabeza por la puerta— Noah esta aquí.

—En unos momentos salgo, pueden ir pasando al comedor.

Max cerró la puerta y le sonrió a Noah, mientras lo tomaba de la mano y lo guiaba hasta el comedor.

Noah había estado ya varias veces en casa del menor, pero esta vez era diferente. Se sentía realmente diferente.

—Sigues nervioso —y la verdad es que él también lo estaba.

Nunca había estado en una relación antes, por lo que esto era algo nuevo para él.

Noah y Max se sentaron el uno al lado del otro en la mesa, mientras Matt y la novia de su padre se sentaban en frente.
Cinco minutos más tarde, el padre de los gemelos entro al comedor. Noah se levantó de su asiento, seguido de Max.

—Buenas tardes Sr. Cowley, mi nombre es Noah —se presentó el mencionado, extendiendo la mano.

—Un placer al fin conocerte —Noah al fin pudo respirar normalmente, a pesar de que el señor se veía realmente rudo -por así decirlo- tenía un tono de voz amable.

—Igualmente —sonrió y se sentó nuevamente en su lugar, al parecer no había necesitado la ayuda de Max.

—Y dime... Noah —empezó nuevamente el Sr. Cowley— ¿Cuántos años tienes? —Noah le dio una mirada rápida a Max, quien simplemente asintió.

—Diecinueve —contestó temiendo la reacción del padre de Max.

—¿Vas a la Universidad? —Noah asintió— ¿qué carrera estudias?

—Aún no lo he decidido bien, pero creo que me iré por el lado de la psicología —contestó de manera formal... algo inusual en él.

La comida pasó realmente bien, Noah pensó que todo iba a ser un infierno pero terminó siendo agradable.

—Bien, paso a retirarme —habló el padre de Max, unos cuantos minutos después de que todos acabaran de comer— fue un placer conocerte Noah —estrechó su mano una vez más— siéntete como en tu casa, eres siempre bienvenido aquí —sonrió.

—Gracias señor, lo mismo digo —le regresó la sonrisa.

Una vez todos se fueron del comedor, dejando a Noah y Max solos, Max tomó la mano de Noah.

—Le has caído realmente bien —sonrió.

—Que alivio —se acercó a abrazarlo— temía que esto se tornara en algo incómodo.

—Para nada, jamás había visto a papá de esa manera.

—¿Podemos salir de aquí?

—¿Qué quieres hacer? —preguntó Max, separándose de Noah.

—Ir a caminar, tal vez a tu habitación —Max lo miró serio— estoy bromeando —sonrió— pero estaba acordándome de algo...

—¿De qué? —lo interrumpió.

—Dos cosas —hizo una pausa— uno, dejé mi guitarra aquí desde la primera vez que vine y dos, tú hermano dijo que eras bueno en guitarra... ¿acaso también cantas? Porque amaría escucharte cantar.

—Tu guitarra esta en mi habitación y si, si canto... pero me da pena.

—Solo una canción ¿si? —besó su mejilla.

—Si es que me voz tiembla es solo porque estoy nervioso, así que no te atrevas a burlarte.

—No lo haré —contestó con entusiasmo.

Los dos chicos subieron hasta la habitación de Max, donde la guitarra de Noah se encontraba recargada sobre la pared.

—¿No te molesta si la uso? —Noah negó.

Max se sentó en la cama y respiró hondo antes de posicionar sus manos en el brazo de la guitarra. Noah observaba con una sonrisa desde el suelo.

—Is not that I'm afraid I'm not enough for her... —comenzó a cantar, y la verdad es que tenía una voz hermosa.

En los cuantos minutos que Max estuvo cantando, Noah no fue capaz de quitar sus ojos de él. En cuanto Max terminó, Noah comenzó a aplaudir.

—Lo amé —dijo sonriente mientras se levantaba del suelo y se acercaba a abrazarlo, quitando la guitarra primero y dejándola a un lado en la cama— tienes una voz hermosa.

—Gracias —contestó recibiendo el abrazo, con una sonrisa.

—¿Cantas otra? Para mí —pidió, con la sonrisa de antes, Max negó con la cabeza.

—Dijiste solo una —contestó viéndolo a los ojos.

—Por favor —hizo un puchero, cosa que hizo a Max acercarce a darlo un beso en los labios. Noah era tan lindo.

—Te quiero —dijo una vez que se separaron.

—También te quiero —al menos había logrado calmarlo— y quiero dormir también, ¿dormirias conmigo? —pidió, a lo que Max simplemente asintió.

Max se acomodó junto a Noah en la cama, abrazandolo por la cintura y con el rostro recargado sobre su espalda, mientras Noah sostenía los brazos de Max alrededor suyo.
Y justo así, todo era perfecto.

●○●

¡Sorpresa! He vuelto 💓 para terminar de escribir esta trilogía 😄 aún faltan varios capítulos.

En mi ausencia estuve pensando en varias cosas y en como esta trilogía debería terminar. Así que aquí me tendrán actualizando 😊

Y pues hoy empieza Junio... así que Happy Pride Month 🏳️‍🌈🏳️‍🌈

Casi se me olvida... he corregido esta tercera parte de la historia... Así que les recomendaría leerla una vez más 😅

Apostando el DestinoWhere stories live. Discover now