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Era temprano, muy apenas las seis de la mañana y Aleksey ya estaba despierto, no podía dejar de pensar en todo lo que Daril le había dicho esa madrugada, ¿cómo no pudo defenderse?, ¿negar lo que estaba diciendo? Y simplemente decir "estas equivocado Daril."

Suspiró, era todo tan confuso. Se sentó en la cama y miró a Daril, dormido profundamente. Maldito Chris, tenía suerte.

¿Qué hubiera pasado si él se le hubiera declarado antes?, ¿estarían ahora juntos? Suspiró nuevamente.

—Daril —susurró— ¿por qué simplemente no puedo dejar de quererte? —se preguntó a sí mismo.

—Idiota, sí que te gusta —habló Félix, desde el marco de la puerta.

—Me asustaste tonto —lo miró mal— ¿en serio se nota tanto?

—¿Qué si se nota? —soltó una risa— a kilómetros Alek, a kilómetros.

—Lo he intentado todo Félix, alejarme de él, estar con alguien más, verlo a él con alguien más —se echó para atrás— ¿qué más debo hacer? —lloriqueo— ¿por qué Chris es quién puede tenerlo y no yo?

—Supongo que así es como deben ser las cosas —levantó los hombros— absolutamente todo tiene una razón de ser.

—No sé ni como me llegó a gustar, ni si me siguen gustando las mujeres —volteó a verlo.

—¿Tanto así?, ¿por qué lo dices? —se sentó junto a él.

—Te lo contaré solo porque confió en ti —hizo una pausa— la otra vez estaba en casa de Bella y no tengo idea de como sucedió, pero terminamos en su habitación y cuando estaba a punto de suceder... ya sabes qué —se acercó un poco a Félix— ni siquiera se me paraba —susurró apenado— y para terminar de arruinar las cosas, me dio un pequeño ataque de asma.

Félix soltó una risa.

—¿Es en serio? —preguntó entre risas— Dios, Alek, si que tienes la peor suerte del mundo.

—Ni siquiera he sido capaz de dejarle un mensaje para pedirle perdón.

—Hay que salir —propuso Félix— ¿cómo puedes saber si no te gustan los hombres si jamás has estado con uno?

—Daril es hombre —contestó.

—No entiendes a lo que me refiero —fruncio el ceño— vamos a buscarte a alguien —lo tomó de los hombros.

—No lo sé...

El celular de Daril comenzó a sonar. Félix y Aleksey se quedaron callados.

Daril se dio la vuelta y tomó su celular, suspiró antes de contestar.

—¿Qué quieres? —preguntó molesto, su voz estaba ronca— si, me despertaste —pausa— ¿ahora? —otra pausa— ¿a mi que me importa? No iré, es muy temprano —pausa— es su problema, adiós —colgó.

—¿Todo bien? —preguntó Félix.

—Era Charlie —contestó— quería que fuera a jugar videojuegos con él, Jessie y Dianne.

—¿Tan temprano? —preguntó Aleksey.

—Yo qué sé que querrán en realidad, volveré a dormir —dijo, pero su celular volvió a sonar, contestó fastidiado— no iré, deja de insistir —soltó al contestar— oh... perdón, no, ya estaba despierto —pausa— si, si, si, ¿a qué hora pasas? —preguntó con una sonrisa— bien, te espero entonces —colgó.

—¿Quién era? —preguntó Félix.

—¿Qué te importa? —contestó a la defensiva— me ire a dar un baño.

Apostando el DestinoWhere stories live. Discover now