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Owen y Dylan estaban en la habitación de Dylan. Era tarde, casi media noche. Debido a que era viernes el compañero de habitación de Dylan había salido.

—Dylan —habló Owen.

—Deja de preocuparte Owen, nada va a pasar... Amber no va a publicar el vídeo —le contestó, con su tono despreocupado.

—¿Cómo sabías lo que te iba a decir?

—Porque te conozco, pequeño —le sonrió y le dio un beso en la frente.

—Entonces sabrás que seguiré preocupado aunque me digas que no pasará nada —suspiró.

—Si, lo sé —lo abrazó.

Owen se quedó callado, la verdad es que no sabía ni que decir, no entendía y jamás entendería como es que Dylan podía actuar tan tranquilo en situaciones como estas.

—Owen, Owen, Owen... eres tan tierno —habló nuevamente.

—Cállate —bajó la mirada, avergonzado.

Dylan alzó el rostro de Owen y se acerco lento para darle un beso en los labios.
Se separó.

—Haré que te olvides de eso tan siquiera por esta noche —sonrió pícaro y volvió a besarlo.

Owen se quedó callado nuevamente, pero siguió el beso desesperado de Dylan.

Sabía lo que estaba por pasar, pero de alguna manera sentía que eso lo haría sentir mejor. Desde la vez en la cabaña no habían tenido relaciones y Dylan estaba desesperado.

Durante vacaciones de verano Dylan había insistido bastante a Owen, pero tras que este lo rechazara incontables veces, terminó rindiendose. Owen no se sentía seguro aún.

Dylan besaba desesperado a Owen, Owen trataba de seguirle el ritmo pero simplemente no podía, con tanto en su cabeza muy apenas estaba consciente de lo que estaba por pasar y los nervios eran más que evidentes.

Dylan pasó a besar el cuello de Owen, mordiendolo en veces y dejando pequeñas marcas rojas, se sentía bien, de cierto modo y debido a la situación aquella pequeña acción hacía a Owen excitarse un poco más de la cuenta.

Se acostaron en la cama, Owen quedó justo debajo de Dylan, quien no tardo en subir un poco la sudadera del menor y acariciar su suave y cálida piel, él respondía arqueando un poco la espalda y aferrandose a su espalda, tratando de disfrutar las caricias de Dylan... pero le era imposible. ¿Acaso era posible? El estar tan caliente pero no poder disfrutar.

Mientras tanto Dylan levantaba aún más la sudadera de Owen y dejaba un camino de besos en su pecho y abdomen, llegando así hasta su pantalón. Lo desabrocho.

—No, no... Dylan —lo detuvo.

Dylan se detuvo, suspiro y se acostó al lado de Owen.

—¿Hasta cuándo? —preguntó frustrado.

—No estoy listo, mucho menos ahora —se sentó en la cama, mientras acomodaba su ropa.

—Ya lo hemos hecho antes —hizo una pausa— sabes que te quiero como a nadie en el mundo y respeto tus decisiones, pero también tengo necesidades —volteó a verlo— no estoy diciendo que lo único en lo que pienso es eso, pero vamos, Owen...

—Sólo una vez —contestó avergonzado— no estoy mentalmente listo —evitaba su mirada.

—Seguiré esperando, pero espero estés consciente de que el sexo es parte importante en una relación —Owen no contestó, sólo se quedo callado como siempre— ven aquí —extendió los brazos— por favor, que sea pronto.

Apostando el DestinoOù les histoires vivent. Découvrez maintenant