» CAPÍTULO EXTRA «

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Cuando tiro al cesto de basura la hoja con el décimo borrador de la letra de muestra próxima canción me encuentro en el peor humor posible. Ya tenía diez días que intentaba escribir la canción para el comeback de BIGBANG y yo no podía concentrarme para nada.

¿Cómo iba a hacerlo si una hermosa criaturita corría de un lado a otro por toda la casa?

Cuando la veo tambalearse hacia mí, le sonrío ampliamente y comienzo a perseguirla. Su risa burbujeante hace que mi corazón vibre mientras corre en dirección contraria para que no pueda alcanzarla. Segundos después, la levanto por los aires y ella sigue riéndose. Beso sus regordetas mejillas de manera estruendosa y la tomo entre brazos para llevarla hasta la habitación que comparto con mi esposa.

Mi pequeña Jisoo toma mi cabello largo entre sus pequeños deditos e intenta meterlo a su boca con apenas unos pequeños dientes asomándose ente sus encías.

—Vamos a ver lo que hace mamá —le digo a mi hija en un pequeño susurro desenredando mi cabello de sus manitas para ponerla en el suelo.

Cuando abro la puerta, Megan está recostada en la cama con pañuelos desperdigados por todas partes. Jisoo corre directamente hacia sus juguetes y comienza a revolverlos todos.

—Creo que no estás mejorando —le digo a Megan mientras me recuesto y vigilo a Jisoo por el rabillo del ojo.

Juega con un oso de peluche cortesía de Daesung. Bueno, más bien, lo azota contra el piso mientras se ríe alegremente. Sus risas y soniditos ya eran parte de mi día a día y los apreciaba con toda mi alma.

—Lo sé... Y mañana es el desfile de invierno —dice preocupada mientras voltea a verla  con un particular brillo en los ojos que yo notaba desde que nació nuestra pequeña.

—No te preocupes, yo la llevaré si no te sientes muy bien. Además, ahora más que nunca debes cuidarte mucho —le recuerdo mientras acaricio su vientre inflamado en donde se encuentra nuestro segundo bebé.

A mí mente no puede evitar regresar el recuerdo de la noche en la que lo hicimos.

Yo había regresado a casa después de un mes de estar de gira con los chicos. Cuando llegué, todo estaba oscuro. Me dirigí hacia la habitación de Jisoo y la encontré profundamente dormida. La había extrañado como loco, pues después de un año de haberla tenido a mi lado todos los días, un mes me había parecido eterno.

Le di un beso en su pequeña frente y me aseguré que su radio se encontrara encendido para escucharla durante la noche por si algo sucedía. Desde su nacimiento, me había dado cuenta que era un papá muy sobre protector. La idea de que le pasara algo me volvía loco de miedo.

Me dirigí ahora hacia mi habitación en donde se podía ver que la luz estaba apagada. Me decepcionó un poco. Aunque yo le había pedido a Megan que no me esperara despierta porque llegaría ya muy tarde, esperaba que lo estuviera para poder saciar mi sed de ella.

Habíamos hablado muchas veces por videollamada pero yo la necesitaba en vivo y en directo. Necesitaba aspirar su aroma y acariciar su cabello. Mi mano no había sido suficiente durante un mes.

Tal vez ella tenía razón y yo era un total pervertido.

Pero tampoco ayudaba que estuviera celoso.

En una de las videollamadas, ella estaba con Mino, quien había ido a visitar a Jisoo. Sé que era completamente tonto, pues él ya estaba comprometido y Megan me tenía a mí. Aún así, quería llegar a casa para recordarme a mí mismo que yo era el único que podía lograr que se riera hasta que le doliera el estómago, que se pusiera tan furiosa para sacar humo por las orejas y que podía hacerla retorcerse de placer.

Cuando abrí la puerta, la luz de nuestro buró se encendió y reveló a una mujer perfecta sentada en medio de la cama con ropa interior de encaje negro. 

Megan.

Esa noche fue muy intensa para ambos. Me perdí en su cuerpo casi inmediatamente. Me había venido encima y dentro de ella muchas veces. Había embadurnado sus labios con mi semen para reclamarlos como míos y la había besado hasta que ambos ya no pudiéramos más.

Cada vez que ella llegaba a su orgasmo me sentía afortunado de tenerla a mi lado por el resto de mi vida. Megan era la madre de mi hija, la dueña de mis deseos y la causa de mi felicidad eterna.

Hubiéramos seguido durante toda la noche si la bebé no hubiera comenzado a llorar. Corrimos hacia su habitación y ella la meció entre sus brazos y yo la observaba completamente embelesado.

Me acerqué a Megan lentamente y besé su hombro con delicadeza.

—Creo que acabamos de hacer otro bebé —me susurró divertida mientras ponía a Jisoo de vuelta en su cuna.

Y sí, había tenido razón porque ahora tenía seis meses de embarazo.

—No, tenemos que ir ambos. ¡Es su primer desfile! Lleva balbuceando "Santa" durante semanas. Está emocionada por verlo.

—Lo sé, yeobo. Pero no quiero que te enfermes todavía más.

—No lo haré. Es más, en este momento iré a prepararme aquél remedio que tu mamá me recomendó...

—¿En serio te lo tomarás? ¡Sabe horrible! —exclamo horrorizado. Asintió con la cabeza e hizo ademán de levantarse, pero la detuve—. Yo lo prepararé, cariño.

—No quemes la casa, Ji.

Sonaba realmente preocupada y eso me hizo reír. No podía culparla. Era pésimo en la cocina.

Mientras ponía manos a la obra, escuché a Jisoo jugar con Megan mientras reían alegremente.

El viento soplaba fuertemente detrás de la ventana.

Mis pies estaban descalzos sobre el suelo caliente.

Una sensación abrumadora me recorrió por dentro.

Esta es una buena vida.

No me olvides | G-DragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora