Capítulo 9 | Verdad

4.9K 401 32
                                    

Después de pasar una temporada en mi antiguo hogar al cuidado de mis padres me sentía totalmente renovada y con mucha energía para regresar al trabajo. Hacía mucho tiempo que no pasábamos tantos días juntos que ya casi olvidaba cuánto lo disfrutaba. Ser una niña pequeña de nuevo era algo que no estaba tan mal de vez en cuando.

Sin embargo, cada vez que recordaba lo ocurrido en el baño del hospital ya no me sentía tan pequeña.

"Bonito tatuaje"

Recordarlo tan cerca de mí me erizaba la piel.

A decir verdad, no era la cosa más escandalosa del mundo. En realidad, el tatuaje sólo era un bonito diseño floral que se extendía de mi cadera derecha hacia arriba, antes de mis costillas. Mino me había acompañado a un estudio en donde conocía al dueño y me había prometido que quedaría lindo. Había visto tantos programas en donde los tatuajes quedaban muy mal y tenían que arreglarlos que estaba bastante asustada. Afortunadamente, ese no fue mi caso y quedé muy satisfecha con el resultado.

—¿Segura que mañana irás a ver a ese cliente, hija? ¿No necesitas descansar un poco más? —dice mi mamá al otro lado de la línea.

Estoy sentada fuera de un café, tomando un té frío con la chamarra nueva que mi mejor amigo compró para mí mientras mis gafas oscuras me protegen del Sol. Si ella pudiera ver el líquido frente a mí, seguramente ya me habría regañado por no cuidarme aún después de haber pasado por una gripe severa.

—Segura, mamá. Si no comienzo a trabajar ahora me costará trabajo retomar el ritmo. Además, sólo así podré pagar las vacaciones a Hawái —digo, intentado que deje de insistir. Ella y mi papá se merecían un viaje desde hace mucho tiempo y finalmente podérselos pagar me parecía maravilloso.

—No diré una palabra más —dice riéndose. Yo sonrío—. Pero antes de irnos, quiero que vengas a cenar con Jiyong. No lo he visto desde que vino a dejarte después del hospital.

—Yo tampoco.

—¿Está todo bien entre ustedes?

—¿Por qué lo preguntas? —cuestiono un poco alarmada.

—Bueno, es que lo vi un poco más serio de lo normal. Ese chico no puede estar ni un minuto sin reírse, además, lo vi más cauteloso contigo. Espero que no hayan peleado.

—Para nada —digo lo más normal que puedo para que el nudo que se empieza a formar en mi garganta no se note al hablar—. Era sólo que nunca me había visto tan mal, eso es todo.

—Aún así cariño, vengan un día de estos. Quiero cerciorarme de que todo está bien.

—Claro mamá, después te llamo.

—Cuídate, Meg.

Cuando cuelgo, suelto el aire que no sabía que estaba reteniendo. Mi mente empieza a girar rápidamente y tengo que recargar la frente en la mesa para detener mis pensamientos. No puedo ignorar el beso que nos dimos y mucho menos puedo pasar por alto el hecho de que cada vez que nos encontramos el contacto físico entre nosotros es casi necesario.

Es como si nuestros cuerpos fueran imanes que se atraen cada vez que están cerca. Yo estoy enamorada de él, pero siempre parece alejarme cuando empiezo a sospechar sobre sus sentimientos hacia mí. ¿Tiene miedo? ¿O simplemente no quiere lastimarme diciéndome que no siente nada por mí? Si no sintiera nada por mí, no me habría besado. ¿Eso dónde nos deja?

No me olvides | G-DragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora