Capítulo 29 | Por mí

3.6K 294 50
                                    

—No tienes que estar nerviosa. Te ves preciosa —le digo a mi novia que se ve por última vez en el espejo.

La verdad es que no puedo dejar de mirarla.

Está radiante.

El vestido que trae puesto lo habíamos elegido sólo hacía unos días, después de haber reunido por fin el valor para pedirle que me acompañara a una ceremonia de premiación.

—¿Me quieres acompañar al evento del sábado? —le solté sin más, escudándome detrás de mi soda.

Habíamos ido a mitad de la noche a un restaurante de comida rápida para evitar la atención de la gente, y al verla sentada frente a mí tan despreocupada, abriendo la boca tan grande para darle un mordisco a la hamburguesa entre sus manos supe que ese era el momento correcto.

Ella se detuvo ante mi pregunta y cerró la boca inmediatamente. Me miró tan confundida y emocionada que su ternura me hizo sonrojar.

—No.

En ese momento el pánico y la tristeza se apoderaron de mí.

—¿Por qué no, jagiya? —pregunté.

—Porque habrá mucha gente viéndonos y yo... Yo no sé si esté lista para ese tipo de atención.

Cuando Megan muestra su lado más vulnerable, no puedo evitar tocarla de alguna manera, ya sea tomando sus manos o abrazándola, sólo para hacerla sentir segura.

Podía ser todas las facetas de ella misma, la más loca o la más triste, y yo iba a seguir amándola de la misma manera.

Tomé sus manos entres las mías y la miré directamente a los ojos.

—Yo voy a estar ahí, preciosa. En cualquier momento que te sientas incómoda podemos irnos sin ningún problema.

—No lo dices en serio. ¿Cómo podrías irte si tú eres al que premiarán?

Alejó sus manos de las mías y cruzó los brazos  sobre su pecho en señal de que esto le estaba afectando más de lo esperado.

Yo estaba nervioso, no quería decir nada que arruinara el momento.

—Por eso mismo. Si recibo el premio, puedo hacer que me lo manden a casa después.

Ella soltó una carcajada y yo sonreí ante semejante vista.

Era hermosa.

—No sabes lo egocéntrica que se escuchó esa frase —dijo con una sonrisa, dándole un mordisco a su hamburguesa con bastante determinación.

Cuando observé cómo sus labios rodeaban la comida, no pude evitar atragantarme con lo que estaba tomando. A mi mente no pudieron evitar llegar los recuerdos de cuando sus labios rodeaban de la misma manera esa parte de mi cuerpo.

¿Por qué tenía que estar tan caliente todo el maldito tiempo?

Está bien —dijo finalmente con un suspiro, distrayéndome de mis pensamientos nada adecuados.

—Verás que te la pasarás bien, preciosa. Además, te propongo algo...

Me levanté para ir del otro lado y me senté junto a ella. La acerqué a mí y tomé su barbilla para hacer que me mirara directamente a los ojos.

No me olvides | G-DragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora