Capítulo 23 | Roto

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Dos años pasaron en los que yo de verdad creía poder ser feliz con Megan.

Habíamos podido salir y viajar sin el temor constante de que G-Dragon tuviera que salir a la luz para lidiar con las porquerías que lo acompañaban.

—¡No hagas eso, oppa! —me había pedido mi chica mientras yacíamos acostados sobre los camastros cerca de la alberca de nuestra habitación.

Estaba molestándola haciéndole cosquillas hace unos momentos, pero pronto mis manos dejaron de tocarla con timidez.

Habíamos decidido viajar a la playa juntos para relajarnos antes de que yo comenzara a grabar para mi nuevo disco.

—No te escuchas muy convencida —respondo con una sonrisa.

Se ve tan bonita con las mejillas sonrojadas por mi toque que no puedo evitar saborear sus labios.

Era demasiado inocente para su propio bien.

Fue eso lo que me había llevado a besarla cuando veíamos el amanecer a las orillas del río Han.

No pude resistirme a su encanto, no obstante, si hubiera sabido lo que provocaría aquél momento tan egoísta definitivamente me hubiera contenido.

Después de ver la noticia en todos los sitios de internet, todo se fue al carajo demasiado rápido.

Cada vez que la veía a los ojos, aquellos que me volvían demasiado débil cuando se posaban en mí, sólo había una cosa en mi cabeza: el deseo de protegerla.

De todo.

De mí mismo.

Poco a poco, dejo de contarle cosas que sabía que la herirían, como que Hyunsuk hyung trató de prohibirme salir con ella mientras preparaba mi disco para evitar que la prensa estuviera sobre mí y me distrajera de lo que "de verdad importa"; que había perdido varias ofertas de aparecer en publicidad sólo porque mi novia no era coreana y eso no me hacía ver patriótico; que una vez fuera de mi edificio aparecieron grafittis con odio hacia ella; que cada vez que pasábamos la noche juntos sólo podía pensar en que la presión de ser mi novia iba a provocar que eventualmente su amor se convirtiera en odio y muchas otras cosas más.

En la fiesta, había pasado la noche ignorándola para que no tuviera que verme como G-Dragon, sin embargo, nunca le quité el ojo de encima y tuve que contenerme cuando el barman claramente le estaba viendo el escote durante todo el tiempo que estuvo recargada en la barra.

Todo con la intención de ahorrarle una molestia.

Pero cuando estamos hablando en el callejón me doy cuenta de que en realidad la estoy alejando de mí. Le digo tantas cosas que en realidad no quiero decir, como que está exagerando o que está siendo infantil.

¿No sería mejor que estuviera sin mí?

Ella se va.

La dejo ir.

No regreso a la fiesta, en vez de eso, trato de tranquilizar mi llanto y le pido a mi manager que aliste todo para ir al aeropuerto al día siguiente mientras que por dentro me siento como un muerto viviente.

Si su felicidad conllevaba que mi corazón estuviera roto para siempre, yo estaba dispuesto a que fuera así.

Mientras trato de conciliar el sueño, mi mente sólo puede pensar en ella y en las tantas cosas que habíamos vivido juntos en este par de años, deseando internamente que al otro día no tuviera que viajar para poder ahogar mis penas en alcohol.

No me olvides | G-DragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora