Capítulo 28 | Mío

3.7K 292 24
                                    

—Le diré a mi manager que traiga algunas de tus cosas ¿está bien? —dice mientras entramos en su departamento—. También avisaré a tus papás que te quedarás conmigo.

Yo asiento levemente mientras me siento en el sofá más grande. Abrazo mis piernas y me quedo en esa posición mientras lo veo caminar por todo el departamento al mismo tiempo que habla por teléfono para arreglar todo.

Nunca me había sentido tan atemorizada. Lo sucedido con aquella chica simplemente no cruzaba mi cabeza, pero la idea de volver a mi departamento y recordar todo vívidamente me cortaba la respiración y no en un buen sentido.

Tenía miedo de regresar a ese lugar que estaba segura que ya no podía llamar hogar.

Definitivamente me sentía más segura estando con Jiyong.

Cuando termina, deja el teléfono sobre la barra de la cocina y se sienta a mi lado. Pone una mano en la parte baja de mi espalda y me empuja suavemente contra él.

—Ven aquí —susurra contra mi oído, invitándome a sentarme sobre su regazo.

Yo lo hago algo dubitativa. Una de sus manos acaricia mi mejilla tan delicadamente que me electrifica la piel. Me atrevo entonces a comenzar a acariciar su cabello, pero inmediatamente siento como se revuelve en su lugar en señal de incomodidad, así que dejo de hacerlo algo herida.

Él podía tocarme.

¿Entonces por qué yo no podía tocarlo a él?

—Esto no es tu culpa —le digo alejándome un poco para poder tomar su rostro entre mis manos y hacer que me mire.

Había llegado el momento de hablar.

Él se queda en silencio durante unos segundos. Traga con dificultad y mira hacia otro lado para evitar mi mirada.

—¿Entonces por qué me siento tan culpable?

Su voz se quiebra y sus ojos se comienzan a poner rojos por las lágrimas que amenazan con salir.

—Jiyong-ah... Era tu fan, pero eso no significa que la hayas obligado a hacer lo que hizo.

—Lo sé... Pero si tan sólo no hubiéramos discutido tal vez habría podido hacer algo. No quise decir nada de lo que dije ese día, yo sólo... Yo sólo pensé que tal vez estarías mejor sin mí.

Su voz suena tan frágil que no puedo evitar sentirme mal por haber sacado el tema.

Pero era necesario.

Oppa... No digas eso.

—Yo... —sus ojos van a mis labios y él humedece los suyos distraídamente—. Sólo quiero verte feliz, jagi. Las cosas cambiaron cuando lo nuestro salió a la luz y yo... Yo empecé a preocuparme demasiado y te alejé de mí. Estoy muy arrepentido... En verdad lo siento.

Una pequeña lágrima se resbala por su mejilla y yo no puedo evitar besar el pequeño camino que ésta traza sobre su piel. Él cierra los ojos ante mi contacto y percibo cómo empieza a relajarse y a bajar los escudos que había puesto entre nosotros las últimas semanas.

—Ya todo quedó atrás —le digo mientras empiezo a acariciar su cabello y su cuello, delineando su tatuaje.

Ahora, yo soy la que comienzo a inspeccionar su rostro. Su frente amplia, sus cejas, el puente de su nariz, sus ojos rasgados... todo me resultaba tan fascinante y tan familiar.

Me encanta.

—¿Por qué me miras así? —me dice con una sonrisa amplia, la primera desde que desperté.

No me olvides | G-DragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora