-Helena.

Alguien me llama y aunque no lo veo, sé perfectamente de quién se trata. Me tenso al momento. Llevaba más de dos meses sin saber de él y creí que ya se había resignado a que lo nuestro se ha acabado. Me levanto y voy hacia él en cuanto lo localizo porque no quiero que Lía o Cailean lo vean. Puedo manejarlo sola.

-¿Qué haces aquí? - un parque infantil no es el lugar dónde normalmente te encontrarías a Raúl.

Lo observo por unos segundos. Su cabello está más largo ahora y algunos mechones rebeldes tratan de cubrir sus ojos. Lleva ropa de deporte así que imagino que va a correr. Antes solíamos hacerlo juntos. No deja de moverse en el sitio y solo por eso sé que está nervioso.

-Te vi a lo lejos - me mira de pies a cabeza y sus ojos se detienen en mis manos, que están protegiendo todavía mi vientre. Ni siquiera lo había notado hasta que él me lo hace saber. Las aparto rápidamente.

-Si vas a empezar con tus...

-Solo quería hablar contigo - me interrumpe -. Sin discusiones.

Su mirada viaja de mi rostro a mi vientre en varias ocasiones y ahora soy yo la que se empieza a poner nerviosa. Aunque la ropa lo oculta, él parece saber la verdad. Me remuevo inquieta y trato de no llevar mis manos hasta donde está mi hijo para no confirmarle lo que sus ojos parecen estar preguntándome.

-¿Es mío? - pregunta.

-¿Qué? - mis ojos se abren casi tanto como mi boca.

-Te estuve observando antes de saludarte, Helena. Y tengo tres hermanas mayores, sé de lo que hablo. ¿Es mío? ¿Al final resultó que aquel test de embarazo era tuyo? - que lo pregunte sin acusarme me sorprende. Sobre todo después de nuestros últimos encuentros, donde todo eran recriminaciones y gritos. Solo por eso decido contestar sin reprocharle nada, solo con la verdad.

-Aquel test no era mío. Nunca te mentiría sobre eso, Raúl.

-Pero sí que estás embarazada - sus ojos brillan de un modo que no sé interpretar - ¿Es mío?

-No - mantengo la cabeza en alto al responder. No le permitiré que dude de mi respuesta.

-¿Del tío escocés? - vislumbro una ráfaga de resentimiento en sus ojos pero trato de ignorarlo porque no quiero llamar la atención sobre nosotros. Mucho menos con Cailean y Lía tan cerca. Solo quiero terminar esta conversación y que se vaya por donde ha venido antes de que acabemos a gritos como siempre. Aunque esta vez parece que algo ha cambiado y está mucho más calmado.

-Eso no es asunto tuyo - me defiendo -. Mi vida y lo que haga con ella dejó de ser relevante para ti desde el momento en que rompimos.

-Desde el momento en que tú rompiste conmigo - aprieta la mandíbula para controlarse. No puedo negar que me está sorprendiendo su actitud.

-No quiero discutir contigo, Raúl.

-Nunca me diste la oportunidad de compensarte.

-No hay nada que compensar. La confianza es la base de toda relación y tú no confiabas en mí. Esa es la única verdad. Ya te dije que yo no puedo estar con alguien que piensa que sería capaz de usar a un niño para conseguir lo que quiero. Me dolió que me creyeses tan rastrera como para engañarte de ese modo. Me conoces perfectamente, Raúl, sabes cuánto me afecta que los niños lo pasen mal. ¿De verdad creías que podría utilizar a uno en mi beneficio?

-Me equivoqué.

-Y ambos pagamos por ello.

-Al parecer yo lo pagué más que tú - su mirada regresa a mi vientre y ahora sí lo cubro con mis manos.

Nunca conmigoNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ