Capítulo XLVII Extañar

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Londres estaba hermoso, del frio helado de las Islas Malvinas quedaban solo los recuerdos, un clima alentador para salir de paseo por el parque con sus tres hijos y su mujer, pensó Will al sentir la calidez del clima en su rostro.

David se quedaría en Londres durante la semana por el trabajo y la prima de Elizabeth había viajado también y estaría toda la semana en un congreso de psiquiatría, invitada por su prima a quedarse cuanto quisiera en la mansión, a Lizzy le encantaba la pareja que hacía con David y había querido sorprenderlos a ambos.

Brandon había llevado a Ruth a pasar la mañana a la casa de Lizzy y en esa oportunidad Lizzy había confiado en él pidiéndole que trajera a Will y a David a su casa cuando los buscara en el aeropuerto, le había pedido que no comente que Ruth estaba en Londres para que todo sea una sorpresa.

Lizzy creía que el efecto sorpresa del encuentro sería algo importante en la unión de esas dos personas, ambos eran tímidos, serios, sensatos, formales, conservadores, todo lo que no hay que ser en algunos momentos para lograr tener una primera cita, ellos solos hasta encontrar un modo de reencontrarse dejarían pasar meses o toda la vida y a ella esa, le parecía una buena manera de unirlos para ver cómo funcionaban las cosas.

_ Llegas y te reciben tus hijos y tu esposa, se nota otro gesto en tu rostro_ dijo David un tanto entristecido, pensando en su realidad, a él no lo recibía nadie, lo alegraba de cualquier manera la realidad de su amigo.

_Me alegra volver, ya no puedo estar sin ellos, no volveré a viajar tantos días mientras sean pequeños, habrá que ajustar eso a nuestros compromisos_ Will sonreía y se acomodaba el pelo, se lo veía alegre y ansioso por llegar.

_Disculpen la intromisión _ dijo Brandon al escuchar la conversación_ la Sra. Elizabeth me pidió que ambos lleguen a la casa Bennet y que luego me dirán que hacer.

Will y David se miraron y asintieron.

No demoraron en llegar ya en puerta bajaron apresurados, sintiendo la tibieza del aire en sus rostros, no podían creer lo bien que se sentía no ser cortado por el frio y el viento, ellos que se quejaban del clima de Londres, podían confirmar que en las Malvinas las cosas eran mucho peores.

Ingresaron a la casa y parecía una fiesta de cumpleaños, niños por todos lados, juguetes y cochecitos de paseo, Charlotte había pasado a saludar a Ruth y saldrían al parque a pasear con los niños ya que el clima era favorable.

Lizzy se sorprendió ya que pensaba que William llegaría luego del mediodía, la comunicación entre ellos fallaba porque en las Islas Malvinas era inestable la señal, corrió a recibirlo y lo abrazó, George sentado en la silla de bebe agitaba las piernas y sonreía, Will pequeño miraba atento todos los movimientos de la gente, no era muy risueño, pero se lo notaba alegre, hacía una mueca de felicidad y Sofi canturreaba sus laleos sin detenerse batiendo las manos estirándolas para que alguien la tome. Ruth se sorprendió viendo entrar a David a la casa, se veía guapo, era alto de piel clara y ojos pequeños pero profundamente azules, atractivo y muy serio, justo lo que a ella le parecía impresionante en los hombres, la seriedad, no estaba preparada para volver a verlo tan pronto y se puso nerviosa, pensaba en cómo actuar, hacía varios meses que no se veían aunque él había sido especialmente atento las semana de enero que habían pasado juntos en la mansión por el aniversario.

Luego de abrazar por unos momentos a Lizzy, Will se acercó a los niños y los acarició, sonriendo y diciendo:

_Qué difícil tengo que elegir a quien alzar primero, creo que tomaré a la niña, nunca he extrañado tanto a alguien en toda mi vida, necesitaba oír sus ruiditos _ estaba enternecido.

Mientras se saludaban Denis sirvió café, William Collins rompió un vaso de vidrio jugando con una pelota, Charlotte quería detenerlo pero era un niño muy enérgico y nada lo detenía más que correr por el parque.

El sueño de William DarcyWhere stories live. Discover now