Capítulo XXVII Elizabeth tenemos que hablar

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Luego de varias horas en la casa del Sr. Bennet analizando los documentos y hablando del tema que los convocaba decidieron tomar una pausa, servirse té, y descansar. Hablaban de cualquier cosa, caballos, tenis, nada que tuviera que ver con el testamento de Darcy padre, ni con los papeles que debería firmar Elizabeth para que el matrimonio se produjera sin perjudicar a nadie.

La Sra. Bennet en contra de toda suposición,  había saludado a los novios al ingresar para retirarse   a descansar, estar en Londres en invierno le hacía muy mal y prefería dormir temprano.

Lizzy  se alegraba ya que lo único que podía faltarle a casi veinticuatro horas de casarse era una representación de la locura de su madre en su propia casa.

Mientras tomaban té,  Will había vuelto a tensionarse, tenía el ceño fruncido de a ratos, no se lo notaba bien.

Elizabeth no encontraba la manera de ayudarlo.

El señor Bennet más repuesto dijo:

_Lo único que creo conveniente es que Elizabeth no firme nada, que  ingrese a la familia a la vista de todos como lo hizo Michael y hagamos otro papel que firmarán Georgiana y William para desafectarla de todo bien en caso de divorcio, tenga o no tenga hijos. Acá la traba esta puesta por los hijos, se nota que él señor Darcy quería dejar cubierto al heredero y como el padre responde por el menor tenemos el problema con Michael hasta que el niño crezca. Si Georgiana no estuviera embarazada no habría nada absolutamente que la una a Michael, y nada  que le dé derecho a reclamar dinero.

_ ¿Papá puedes hacer el papel?_ dijo Elizabeth preocupada.

_Yo no, pero puedo hablar con Mat del estudio y que lo preparen para mañana a la tarde.

_ ¿Tienen que enterarse ellos?_ preguntó Elizabeth preocupada, no quería que nadie sepa sobre la intimidad, ni sobre los bienes de William_ ¿Pueden hacer ese papel los abogados de William?

_No hija ellos no deben saber sobre este papel, el testamento de Darcy es determinante, no estarían de acuerdo, el estudio de abogados no puede incumplir con el pedido de un fallecido en el testamento, si eso se supiese nadie confiaría su testamento a ese estudio nunca más. La única forma es que lo haga Mat que es de mi confianza en su estudio, si Will está de acuerdo.

_ ¿Qué dices William?_ dijo Elizabeth con cautela.

_ Me parece que por el tiempo que ha pasado y por el tiempo que tenemos preferiría que Elizabeth no firme e ingrese del mismo modo que Michael, si hay algo por hacer lo haremos después, no conozco a su amigo, no me gustaría defraudar a los abogados de mi familia, ni que se sepa que hice algo así por detrás de ellos. Cuento con ellos en todo, me abandonarían si supieran que hice algo por detrás de ellos.

_Disculpa pero es también importante mi opinión y no sé si estas siendo muy empático con Elizabeth, ella no entiende de esto pero yo sí, y la verdad es que tus cosas te incumben a ti, a tu mundo y a tu familia. Ella solo se vería perjudicada con todo esto, no todo es el dinero en la vida querido, no creo que ella por casarse deba tener que enfrentarse a los pleitos que tienen, ni a la disputa por los problemas que ocasione  Michael. El papel la resguardaría llegado el caso.

William estaba fuera de sí, lo único que podía faltar era que el padre de Elizabeth se opusiese a su voluntad,  todo era un incordio de repente.

_No puedo decidir  esto solo, no puedo aceptar sin consultar y si consulto ya  se la respuesta, mis abogados me ofrecen otra cosa que deja a Elizabeth fuera de todo, eso no me parece justo, de este modo quedaría solo fuera en caso de divorciarnos, pero ellos no lo aceptan porque eso estaría contradiciendo el pedido de mi padre.

El sueño de William DarcyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora