Capítulo XXXIII Mirarte es todo lo que necesito para ser feliz

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Elizabeth necesitaba tomar un baño, se apartó de William intentando no despertarlo, le gustaba verlo descansar, era en el único momento del día en que se lo podía ver sereno, sin preocupaciones y eso lo hacía ver aún más apuesto.

Podría haberse quedado mirándolo para siempre, Elizabeth aprovechaba para observarlo sin que su mirada la interrumpiera, y la vergüenza se apoderara de toda su alma. Quería dejar de sentir esa desesperación por él , desearlo tanto la hacía sentir tan insegura que la aturdía, amarlo aún era peor, esos sentimientos hacían que ella no supiera que haría si él no estaba a su lado, una sensación indescriptible, de plena entrega y a la vez de temor a perderlo.

Intentó despejar esas ideas de su conciencia se dirigió al cambiador, buscaría un atuendo adecuado para la cena que estaba a poco de ser anunciada.

Will se despertó y se movió entre las sábanas, la miró por unos instantes sonriendo, se tapó hasta la cabeza y gritó:

_ ¿Así se siente ser feliz?

Lizzy estaba sorprendida con la exclamación.

_Acabo de soñar contigo, era un sueño tan alegre, estábamos en mi casa de Manchester, no he vuelto en tanto tiempo que la extraño, ya que no iremos de viaje, podríamos irnos algunos días solos, o con Brandon ¿Te parece?_ dijo divertido.

_ ¡Si tú quieres! Ahora voy a bañarme_ Lizzy desapareció de la mirada de Will, avergonzada del amor que él le demostraba, la sensación no se le iba con nada.

_No te vayas te lo ruego, abrázame un minuto antes de bañarte ¡vuelve acá Elizabeth Bennet!_ Will estaba enloquecido, Lizzy volvió y lo abrazó, él hizo lo mismo mientras hablaba:

_No te alejes, no te escapes de mis ojos, déjame mirarte y amarte, eres todo lo que necesito para vivir, ¿lo entiendes?

_Claro que lo entiendo, me asusta un poco_ dijo Lizzy sincerándose.

_No tienes que tener miedo, eres la Sra. Darcy ¡qué bien suena!_ sonrió_ ¿qué te asusta?

_Perderte_ dijo Lizzy abrazando fuerte a Will.

_No sucederá me oyes, nunca sucederá eso_ Will tomó con sus dos manos la cara de Lizzy y la miró a los ojos para decirle:

_ No tienes que pensar en eso, ni decirlo, eso no te va a ocurrir a ti, debes confiar en que por algo nos conocimos, en que ese era nuestro destino ¿lo crees? Es que no hay otra forma para que esto sea así, ¿cuántos años estuve convencido de que jamás me casaría?, ¿y tú? con lo bella que eres ningún hombre te fue fiel, todos se dieron cuenta tarde de a quién tenían adelante, esto es por eso Elizabeth, teníamos que conocernos y tenía que suceder todo tal cual sucedió. No debes preocuparte por lo demás. Tendremos una linda vida juntos, solo ha comenzado.

_Solo en tus brazos me siento tranquila y eso me da miedo y también me asusta un poco que seas tan guapo, y todo lo de los millones, no quiero ni decirlo_ Lizzy se escondía para hablar.

_Tienes que vivir tranquila, no  tienes que preocuparte por nada, mi analista me lo dijo, yo no vivía muchas cosas en mi vida por miedo, me encerraba en ese círculo, ahora accediendo a cambiar he mejorado y así es mejor, confió en nosotros _ Will besó a Lizzy suavemente.

Ella se movió tenía diez minutos para ducharse se había hecho tarde.

_No quiero alejarme pero hay invitados y tenemos que estar presentables.

_ Me iré al cuarto de al lado a bañarme mientras tú te bañas en este_dijo Will apresurado.

_Bueno_ dijo Lizzy entrando al baño rápidamente, se desvistió y en un segundo estaba empapada, escuchó la puerta, William sin dejarla hablar estaba junto a ella mojándose y abrazándola, ella en el fondo necesitaba eso, que él le demuestre su amor de todas las formas posibles,  su vida había cambiado tanto en seis meses que sentía que la habían transportado a otro mundo.

El sueño de William DarcyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora