Capítulo XXXIX La dulce espera cancela la fiesta

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_ ¿Qué puede ser más importante que recibir a tu madre de visita?_ preguntaba en voz alta la Sra. Bennet mientras iba y venía de un lado al otro por la mansión Darcy buscando qué hacer, estirando el cuello, chismorreando los objetos de decoración, se respondía sola ya que nadie terminaba de prestarle atención:

_ Nada, pero cuando una tiene una hija desagradecida que no es capaz de venir a verla ni media hora_ suspiraba_ una que se viene desde París, no de un pueblucho de mala muerte, ¡desde Paris la ciudad de la luz, a Londres!, con el frio que hace en Londres, no volveré a venir, ¡te lo aviso Sr Bennet!

El señor Bennet la miraba entre los anteojos, mientras intentaba concentrarse en la lectura del periódico The Times, que estaba interesantísimo comentando las repercusiones de los independentistas en Barcelona y la situación de la democracia en España.

La Sra. Reynolds se encontraba organizando la cena que se celebraría esa misma noche en la casa, William y Elizabeth querían contar a sus amigos en forma personal que serían padres y que cancelarían el festejo de su boda programada para la siguiente semana. Lizzy no quería exponerse a esos nervios, era una fiesta con más de doscientos invitados, de los cuales ella conocía exagerando a treinta personas, prefería cuidar su embarazo.

Georgiana hacía una semana estaba en Londres por una exposición en una galería de arte, había viajado con su bebé que tenía casi cinco meses y se veía esplendido y risueño. Tenía los ojos de la familia Darcy, era muy parecido a William, pelo oscuro, piel muy blanca y ojos profundos que variaban entre azul y celeste según la luz, Lizzy y William serían sus padrinos en un bautismo que se celebraría a principios de Agosto en el palacio de los Darcy en Manchester, aprovechaba su estadía en Londres para comprar artículos para decorar el evento y ultimar detalles, le quedaban poco más de tres meses para la celebración.

Georgiana estaba muy dedicada a la maternidad y eso le dejaba poco tiempo para su trabajo y otras actividades, se había convertido en una madre a tiempo completo, cambiando todas sus rutinas y eso le sentaba muy bien, con Michael las cosas habían mejorado, desde el nacimiento del bebe no habían vuelto a discutir y de a poco iban limando las asperezas de su desencuentro amoroso, podía decirse que habían vuelto a ser los de antes. En la familia nadie hablaba de separación ni de las situaciones del pasado, pero David el amigo de William estaría de visita durante varios días en Londres por lo que Michael que no pensaba viajar para la cena, se encontraba en la mansión ocupándose de cuidar de mujer y de su hijo que eran desde hacía un tiempo el centro de su vida, esa mañana había salido los tres de compras temprano y Brandon los había acompañado.

La Sra. Bennet había sido invitada a la salida y creyendo que encontraría ocupación en la mansión había declinado, se sentía fatal, nadie le llevaba el apunte, iba de un lado al otro como una loca, hasta que tuvo una idea, llamaría a Brandon para que la busque y la lleve a donde estaban de compras.

Llamó a Georgiana al celular y esta le ofreció amablemente esperarla en Harrolds para luego seguir juntas desde ahí.

Se visitó adecuadamente y esperó ansiosa a Brandon, éste no demoró más de quince minutos. Se sentía verdaderamente bien ser de la alta sociedad según, pensaba en eso cuando una idea vino a su cabeza, "Lizzy debía disfrutar lo que la vida te regalaba, le hablaría del tema", iba enloquecida con tener un chofer a disposición, y pensaba en los regalos que compraría para sus nietos, porque eso no lo sabía nadie pero ella estaba al tanto de todo, y los bebes serían varios.

La Sra Reynolds al ver que se alejaba suspiró, era realmente una persona divertida pero un manojo de nervios, difícil de llevar en momentos de tensión y ese era un día especial, tenían más de treinta invitados a cenar.

William y Lizzy hacía dos días que vivían en su casa reciclada, que por cierto había quedado espectacular, había sido fotografiada para una revista de arte y decoración como una innovación en reciclados, algo muy usado en los últimos tiempos por la zona de Maida Vale. William se sentía satisfecho con la obra y Lizzy estaba agradecida y cómoda en su nueva casa.

El sueño de William DarcyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora