Capítulo XVIII Sueños

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William amanecía desesperado por quinta vez esa semana, no lograba dormir sin soñar que perdía a Elizabeth, el sueño se repetía una y otra vez, con pequeñas variaciones, para él casi no variaba, la analista decía que sí, producto de sus asociaciones, pero él media todo en función de la magnitud de la angustia que lo agobia terriblemente al despertar,   la desolación con la que debía toparse hasta que volvía en sí y hasta que  comprendía que todo era un sueño era descomunal.
Amanecía empapado en sudor, con lágrimas en sus ojos y sus mejillas humedecidas,    habiendo desecho la cama por completo, era tal el desvalimiento que le producía el sueño que debía pasar varios minutos realizando  ejercicios de respiración para recuperarse. 

Lo angustiaba el encuentro con aquello que se presentaba como posible en la vida real, perder a Elizabeth, lo que era más importante para él en su vida en  ese momento. 

 Él que se había autodenominado el hombre desarrollador de ideas, el hombre que todo lo podía, se había convertido en "eso" los últimos meses, un sujeto que se preguntaba sobre el amor y el sentido de la vida, y que decididamente ponía como mas alta prioridad el amor que sentía por esa menuda y cálida mujer de las artes manuales.

A pesar de la angustia prefería su nueva etapa, vivir así era mucho mejor   que seguir adormecido en la ficción postmoderna del "todo se puede, el amor no existe  o disfruto el momento",  de todos modos  le costaba atravesar los cambios,  y aceptar el dolor que por momentos conllevaba amar.

Inmediatamente de reponerse y con  todo esto en la cabeza,  corrió a la  ducha,  intentaba  repasar el sueño,   el dolor era indescriptible en  palabras, se le hacía casi imposible contar lo que sentía.

<<En el en el sueño era él, pero en otra época, era su cara, con el atuendo de 1800, parecía su palacio en Manchester, pero no terminaba de reconocer el lugar, Elizabeth luego de estar enferma, moría, la veía muerta, de perfil, no dudaba de que era ella, corría por los corredores intentando buscar ayuda, corría gritando de un lado a otro, hablaba con personas, hablaba con su padre, su padre estaba vivo en el sueño aunque su padre no había conocido a Elizabeth, no lograba revertir lo que pasaba, ella moría una y otra vez, noche tras noche. Él sentía el peso de la muerte caer sobre su propio cuerpo, oprimiendo su pecho, impidiéndole respirar,  el dolor era insoportable, al fin despertaba, completamente abatido>>

Eran casi   las siete  de la mañana, del jueves 2 de noviembre de 2017, había comenzado a hacer frío en Londres, se pronosticaba un invierno particularmente lluvioso y gélido , terminó de secarse y  se acercó a la ventana a mirar el jardín, aún nadie se despertaba en la mansión, sentía pena de ver ese lugar tan impresionante en calma, parecía un lugar muerto, se lo imaginaba con niños jugando, quería dejar de vivir encerrado en ese gran espacio lleno de nada, en donde se ausentaba la vida humana y predominaba el misterio  de la vida vegetal.
Recordaba las palabras de Elizabeth en el parque  el día de San Miguel " eres un millonario lleno de nada", a veces ella,  se extralimitaba en sus comentarios, pero algo de eso era cierto.

Los pensamientos iban y venían, estaba entregado en ese momento a la discusión mental sobre el casamiento con Elizabeth, debía hablar con ella del tema.

La llamó rogando que  atienda el teléfono y así fue,  ella y  dulce voz contestaba el teléfono al primer llamado:
_ ¿Qué ha sucedido William Darcy no hay consuelo en la mansión? _sonreía  un poco dormida.

_¡No lo hay, y esos es por qué no vives aquí!,  necesito verte_dijo tranquilo; cuando ella respondía a sus llamadas y le hablaba se calmaba.

_¿Qué haces despierto tan temprano?

_Me despertó algo horrible.

_¿Los sueños ?

_Es peor cada día, y tu no estas para saber que estas bien.

El sueño de William DarcyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora