Capítulo 64.

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Que comiencen los juegos bebés. Maratón nnnn nnnnn nnnnnn, como se los prometí. Decidí publicar hoy 4 y mañana el resto. Que lo disfruten, voten y comenten muchísimo❤
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"Aaron Cromwell"

No he podido dormir porque Ada no deja de moverse en sus sueños. La calmo con caricias, he descubierto que aun dormida eso la tranquiliza.

Casi a las 5 de la mañana es que logro dormirme, me enrosco a ella como es de costumbre, nunca me imaginé que me fuese a gustar dormir así. Ada me ha convertido en el hombre más idiota, con ella soy cursi, detallista, algo que jamás fui, ni pensé ser, pero si eso la hace feliz, pues seré el más ridículo.

*

Unos cálidos labios, que ya conozco a la perfección, me despiertan.

- De príncipe tatuado, a un príncipe durmiente. - continua con sus besos, ahora en el cuello, haciendo que se me escape un gruñido.

Joder, es que esta mujer me descontrola con lo mas mínimo. Tomo de su pequeño cuerpo y lo posiciono encima de mí, estrujándole mi erección para que vea lo que ha provocado.

- Alguien despertó de buen humor. - dice y sus besos viajan de mi cuello a mi pecho.

- Ada, tu sabes muy bien que no tengo autocontrol cuando de ti se trata, no quiero que tu mama escuche lo que te hago gritar.

- Engreído.

- Adaaa. - le advierto cuando sus labios llegan al elástico de mi bóxer.

- ¿Qué? - abro los ojos y me está mirando desde abajo con inocencia.

- Ya hable. - toma de mi bóxer y en cuestión de segundos se deshace de él.

Con una mano se sostiene, y la otra va directo a mi miembro, haciendo que sisee.

- ¿Cómo negarme a este regalo matutino? - habla antes de subir y bajar su mano mansturbandome.

Todo el autocontrol lo pierdo cuando siento la humedad de su lengua desde mis bolas, hasta llegar a la punta, al llegar ahí lame como si fuese una barquilla. Termina y lo introduce en su boca.

Lo saca después de un tiempo y con su pulgar acaricia mi glande. La incito a que siga con su boca, me lanza una sonrisa traviesa y continúa, la tomo por el cabello para que llegue más al fondo. Silbo cuando roza sus dientes en mi piel, lo hace tan jodidamente bien.

- Ada estoy a punto de llegar.

Suma su mano al acto y es ahí cuando se me hace imposible no correrme en su boca. Lame las gotas que siguen saliendo, termina y se limpia la comisura de sus labios.

- Buen desayuno. - comenta.

¿Qué hare con esta mujer? No tiene pudor y me encanta, no se cohíbe de decir malas palabras en el acto, y eso lo que provoca es excitarme más. No siente temor ni vergüenza a la hora de querer experimentar una nueva posición o alguna locura de juego que se inventa, a veces hasta me agoto y ella quiere seguir con más.

- Creo que esta vez quien hizo ruido fui yo.

- Señor Cromwell que depravado. - la observo, y noto que no está en pijama.

- ¿Adónde fuiste?

- A ningún lado. Me desperté temprano, baje y le hice el desayuno a mamá y a Peter, me rugía el estómago porque no he desayunado, lo haremos con Alex, así que decidí venir a tomar mi abreboca antes del desayuno. - habla tan rápido que apenas y puedo entenderla.

- ¿Eso quiere decir que te duchaste sin mí?

Hace eso que tanto me encanta, cierra sus ojos y sonríe sin mostrar sus dientes, derrochando inocencia, y la realidad es que luce tan angelical asi, que con esa cara me compra, y caigo directo a sus pies.

» Solo por hoy te lo paso.

- Dicuuuuulpa.

Trepa hasta acostarse encima de mí, tomo su rostro con las dos manos y la beso. Pasa su lengua por mi rostro.

- Para que juegues con tus hijos.

- Hueles a semen. - ríe.

- Obvio. Tienes buen olfato, ya sé que no te puedo ser infiel.

- Sabes que esos no son juegos. - no me gusta ni imaginarlo.

- Ya, ya. Vamos, acuérdate que quieres ir a un lugar primero. - cierto.

- Me duchare entonces.

*

Ada esta abajo esperándome, me coloco el reloj y salgo de la habitación, me detengo en mitad del pasillo para revisar el mensaje que me llego.

"Amanda.

Ya está todo listo. Quedamos para el viernes porque se encuentra de viaje"

Maldita sea, el viernes es demasiado lejos, será esperar.

En la cocina se encuentran los 3.

- Buenos días pequeño. - creo que mamá nunca me llamo, ni me trato con tanto cariño como lo hace Alice.

- Buenos días. ¿Cómo amanecieron?

- Bien. ¿Cómo dormiste tú?

- Excelente, gracias por recibirme.

- Siempre que quieras amigo. - me responde Peter esta vez.

Con Peter también me llevo bien, esta esa conexión de negocios.

- Nosotros nos vamos mami. Estaremos aquí antes de que llegue la abuela.

- Está bien cariño, que les vaya bien.

Dulce Infierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora