En un mundo descomunal,
Siento tu fragilidad, (...)
Va la pesadilla corriendo, con una bestia detrás,
Dime que es mentira todo,
un sueño tonto y no más,
me da miedo la enormidad donde nadie oye mi voz.
<<Nacha pop, "Lucha de gigantes">>
Adrien.
Intentaba no despertar a Eliane cada vez que Adriane se despertaba en medio de la noche o madrugada llorando a todo pulmón.
A pesar de mis intentos, habían días en los que An atendía a Adriane.
Recuerdo que estaba constantemente frustrado y es que, siempre quería darles más; pero prácticamente me era imposible entre los finales en la universidad, el trabajo e imprevistos que nunca faltaban.
Quería que An tuviera la vida que merecía y que regresara cuanto antes a la universidad, pero, con todo lo que estábamos pasando, sabía que An empezaba a despedirse de aquello. Y me aterraba.
Bueno, hasta aquella noche en que llegué del trabajo y An intentaba ocultar una sonrisa que se le asomaba en el rostro.
—¿Y los niños?—
—Ambos duermen— contestó An en lo que paneas y fue un susurro. —Adrien, tengo que decirte algo—
—Soy todo oídos— le dije sentándome en la silla más cercana a ella. Soltó un suspiro y después inhaló demasiado profundo.
—Vendí nuestra historia—
Fruncí un poco el ceño sin comprender lo que acababa de decirme.
—¿Qué?— fue lo único que atine a preguntar.
—He escrito nuestra historia a manera de novela romántica— confesó, —Y una editorial se ha interesado. Me han ofrecido comprar los derechos y escucha no es mucho pero...—
—An esto es asombroso— ella entonces sonrió de una manera más amplia.
—Pensé que te molestaría— admitió.
—¿Cómo podría molestarme?— pregunté, —Eliane es tanto tu historia como la mía. Y si se han interesado en ella es por qué ambos somos un par de dramáticos—
—¿Significa que estás de acuerdo?—
—Por supuesto que estoy de acuerdo— le sonreí a pesar de lo cansado que me sentía. —Escucha, he estado pensando y de verdad lo siento por poner tus estudios en pausa, si quieres regresar ahora a la universidad yo...—
—Estoy bien Adrien de verdad— arrugué un poco mi frente, —Claro que me gustaba mi carrera, pero tu sabes que mi capricho frustrado siempre había sido ser escritora y quien sabe. Quizás pronto a mi cerebro se le ocurra otra historia. O quizás no. Pero no me arrepiento de no estar yendo a la escuela—
—¿Cómo termina tu historia?—
—Una gran boda—
—¿Quieres una gran boda?—
—No— ella pasó su mano por mi rostro de una manera demasiado delicada, —Quiero que nos casemos—
—¿Porque no ahora?—
—¿Ahora?—
—Seguramente habrá una capilla que...—
—Marcale a Gaspar y que le diga a Amélie— An se puso de pie con una sonrisa aún más grande —Yo le hablo a Camille ¿Les dices a tus padres?—
Asentí a todo y An se dirigió a nuestra habitación corriendo entre risas.
Tomé mi celular y le marqué a Gaspar. Apenas unos segundos más tarde él contestó:
