Capítulo: 11

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Si, este amor no es suficiente,
Es tiempo de dejarlo ir,
Nuestros corazones cansados solo se desmoronan, Lo siento en mis huesos,
Y Dios sabe que es difícil encontrar al indicado.

<< James Blunth, "Face to sun">>

Adrien.

Fueron tiempos difíciles.

Inclusive me sentía más agotado conforme los días pasaban y nos acercábamos más al juicio para determinar la custodia de Edrian; si bien, An y yo habíamos determinado que esta sería compartida, podía contar un sin fin de noches en las cuales me mantenía en vela pensando en aquello.

¿Y si An cambiaba de opinión?

Por alguna razón mi mente continuaba jugando con la idea de que quizás An no me amaba como decía que lo hacía; y que solo esperaba que bajara la guardia para hacer la siguiente jugada que me arrebataría todo.

A aquello le agregaba el tema de Neige llamándome cada quince minutos.

Recuerdo una conversación que habíamos tenido una noche mientras guardaba mis cosas y me preparaba para salir de la oficina,

-¿Neige?- apenas atendí la llamada fue mi manera de saludarla,

-Llevo marcándote todo el día- su tono de voz reflejaba lo molesta que estaba, -¡¿Porqué no me has contestado?!-

-He estado ocupado- me excuse tomando el resto de mis cosas del escritorio, -Estuve en la universidad en un examen y acabo de salir de la oficina-

-¿Crees que me engañas?- preguntó mientras cerraba con llave, -Se que te la pasas con Eliane, pero te tengo noticias, ella no es la única que parirá o parió un hijo tuyo-

-Neige ya lo hablamos- insistí caminando por los pasillos del edificio en dirección a mi motocicleta, -Sin la prueba no puedo creerte-

-Y yo ya te dije que cuando esa maldita prueba salga positiva no podrás acercarte a tu hija, ¡¿Me escuchaste?!- Hija. Fue lo único que retuve, -¡Crecerá sin un padre por tu culpa!-

Me quede estático.

Pensando en que cabía la posibilidad de que tuviese razón; si esa niña que estaba esperando resultaba ser mi hija, crecería sin una figura paterna estable.

Ya que conocía el historial del padre de Neige, y estaba seguro que ella no me dejaría acercármele.

Estuve un buen rato ahí de pie en medio de aquel pasillo, pensando en si podría estar más equivocado.

O si estaba en lo correcto.
Por primera vez me permití considerar un futuro en el cual a Eliane la sobre pasara aquella decisión; pero que realmente lo hiciera.

Que decidiera no querer saber más de mi, y qué incluso llegase al extremo de ponerme una orden de restricción.

Por qué aquello era posible.

Podría llegar a aquel extremo, entonces Edrian también crecería sin mi.

Y yo no tendría la oportunidad de estar ahí.

No se como describir aquello, quizás fue un ataque de ansiedad, o de nervios.

Pero en cuestión de segundos yo estaba corriendo sintiéndome como si fuese un animal enjaulado. No miento, ni exagero.

Corrí hasta mi motocicleta y arranqué.

Manejaba realmente a exceso de velocidad sintiendo que no iba lo suficientemente rápido. Y quería más.

El perdió másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora