Capítulo: 1

3.8K 261 15
                                    

¿Te quedaste despierto hasta tarde?
¿Así no soñaste?
Cada vez que tus labios toquen a otra,
Quiero que me sientas,
Cada que bailes con alguien,
Quiero que me sientas,
¿Tus días se hacen más solos?
¿Tus noches más frías?

<<Selena Gomez, "Feel me">>

Adrien.

El domingo por la noche previo a la audiencia, yo me encontraba en el despacho de contadores en el cual llevaba poco más de cinco meses trabajando.

Recuerdo lo orgulloso que estaba cuando me dijeron que gracias a mis calificaciones me habían solicitado como pasante en el segundo semestre de mi carrera.

Pero cuando estuve en el tercer semestre, me ascendieron debido a los resultados que estaba dando y tenía una pequeña oficina.

No era la gran cosa, realmente habían acondicionado lo que antes era un armario de artículos de limpieza.
Y por acondicionar me refiero a que sacaron los trapeadores, escobas y de más, y después colocaron un escritorio y una silla.

Pero para mi eso no importaba. Me sentía realmente orgulloso de donde había llegado sin que mi padre me hubiese abierto la puerta, por así decirlo.

En fin; aquel domingo me encontraba trabajando a altas horas de la noche, sin ser capaz de despegar mi mirada de la computadora.

Había decidido ir a trabajar aquel día, aún sabiendo que no debía hacerlo.

Pero lo había tomado como una oportunidad de distraerme, ya que mis problemas se negaban a dejar mi mente aunque fuese por unos segundos.

Aquel día, las únicas dos cosas que rondaban por mi mente eran Eliane, y el juicio del día siguiente.

Aunque para ese entonces, ya estaba tan acostumbrado a que An estuviese en mis pensamientos, que me había hecho a la idea de que era una parte más de mi día a día.

Por lo contrario del juicio, que si bien los días anteriores no me había molestado en lo absoluto, empezaba a sentirme nervioso ante la idea de estar en un juzgado, determinando el futuro de un pequeño que no tenía la culpa de nada.

Recuerdo que la idea de que quizás Dios me estaba dando la oportunidad de ser padre de nuevo, y aunque no fuese mi hijo, quizás lo mejor sería hacerme cargo de él.

Honestamente, mis pensamientos estaban realmente enredados, y yo estaba completamente inmerso en ellos, a tal nivel que ni siquiera escuché a Gaspar llegar.

Solo me percaté de su presencia cuando dio unos ligeros golpes a mi escritorio, logrando captar mi atención,

-¿Que te parece si vamos a comer?- me pregunto mientras que yo apartaba mi mano de mi barbilla, donde apuesto llevaba más de tres horas,

-¿Que hora es?- quise saber,

-Pasando de media noche- contesto, mientras que cerré mi computadora,

-¿No has comido?- le pregunte,

-Ya, comí en casa de Amélie- contestó, -Pero se que tú no lo has hecho-

-¿Y quieres una hamburguesa?-

-Sabes que siempre lo hago, escucha traje la camioneta por qué se que traes tu motocicleta- sentenció, -Así que no hay pretextos para que no vayamos-

-Voy al baño y nos vamos- dije al ponerme de pie, -¿Crees que puedas buscar las llaves de la moto?-

-¿Donde buscó?-

El perdió másWhere stories live. Discover now