Capítulo: 4

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Estoy justo aquí,
Pero nunca estarás solo, estaré contigo,
Desde el anochecer hasta el amanecer,
Te sostendré cuando las cosas vayan mal, (...)
Por qué quiero ver la puesta de sol,
En tus pecados, solo tú y yo.

<<Zayn Malik, ft. Sia "Dusk till dawn">>

Adrien.
12 de Mayo.

Apretaba los ojos con demasiada fuerza.

Y me parecía realmente adorable.

Me arrastre un poco por el suelo, lo suficiente para quedar a su lado.

Se acomodo en mi pecho y rompió en llanto, aún con los ojos apretados con la misma fuerza con la que sus manos se aferraban a mí.

Escuche como algo se rompió en la otra habitación y la aprete aún más contra mí.

Sentía como su corazón golpeaba su pecho con demasiada agresividad y rapidez.

La imagine como un pequeño ratón en un laberinto, intentando encontrar una salida de aquello, de la forma más rápida que pudiese; con el corazón bombeando sangre a toda velocidad y aturdiéndola.

Y después me imagine a mí mismo como el pequeño ratón.

Me sentía alerta, y me mantenía mirando de un lado a otro.

Eliane apretaba sus manos contra sus orejas, y cerraba los ojos con demasiada fuerza; no pude evitar darle un beso justo en la frente. Se mantenía llorando en silencio, realmente, si no hubiese estado con su rostro pegado contra mi pecho, jamás hubiese notado esto. Solo que sus lagrimas me estaban mojando, y su rostro estaba demasiado rojo.

Los padres de An estaban gritando, y diciendo un montón de barbaridades, que estaba seguro que no sentían. Pero aún así, las palabras hieren, a pesar de que sean mentiras.

De vez en cuando mentían y decían que se arrepentían de haberse conocido.

Pero estoy seguro, que después de todo el amor que en un momento habían compartido, aquella era la mentira más grande que decían.

Pensaba en lo mucho que deseaba que todo aquello parara; que por fin terminase. Y después caí en cuenta que si yo quería aquello; An de seguro rogaba en las noches por ello.

Otra cosa se rompió en aquella habitación.

Aquellos días me hacían pensar en lo egoísta que había sido al hacer la estúpida apuesta, y sentía como mi estómago era un manojo de nervios.

An no merecía nada de eso.

-Vámonos de aquí- dije de pronto.

Y asumo que fue tan inesperado para ambos, que Eliane levanto su rostro para mirarme directamente,

-¿Salimos por la ventana?-

Negue con la cabeza.

-Larguemonos, y lejos- le pedí, ella junto su entre cejo, -No necesitamos nada de esto, podemos irnos a otro lugar y...-

-¿Empezar de cero?- hice una mueca, no necesitaba de ser un genio para saber que An no estaba de acuerdo, -Adrien, eso es lo que todos los chicos de nuestra edad quieren y yo también...-

-Entonces hagámoslo- le suplique, -No lo pienses. Nos iremos lo más lejos que podamos, empezaremos una vida tu y yo, y...-

-¿Y luego qué?- pregunto mientras limpiaba las lagrimas que aún recorrían su rostro,

-No lo sé- admití cuando me di cuenta que realmente no tenía ni pies ni cabeza aquel plan, -Solo se que esto esta realmente jodido, y yo no necesito nada de esto; a la única persona que necesito en mi vida-

El perdió másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora