Capítulo: 13

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No habrá religión que pueda salvarme,
No me importa cuánto tiempo
Mis rodillas estén en el suelo,
Ten en cuenta todos los sacrificios que hago,
Para tenerte a mi lado y evitar
Que te vayas por esa puerta.
<<Bruno Mars, "It will rain">>

Adrien.

Martes 10 de Septiembre.

Me sentí atontado cuando el flan se disparó de sorpresa. 

Sonreí.  An también lo hizo. 

-¿Nervioso?- quiso saber, 

-Los golpes no son tan duros como mi cabeza-dije y golpee mi cabeza un poco, ella rió, -Tendré cuidado-

-¿Lo prometes?-

Tome una de sus manos, le di un pequeño beso y dije:

-Lo prometo-

An se fue a las gradas, y he de admitir que estaba nervioso. Este chico me sacaba al menos una cabeza, y tendría que pelear contra él, aunque claro era boxeo estudiantil, realmente lo único que hacíamos era derivarnos.

He de admitir que desde que An iba a mis prácticas me sentía más confiado, e inclusive me quería lucir más de lo que acostumbraba.

-Es linda- fruncí el ceño y dirigí mi mirada a quien había dicho aquello, era un chico del equipo contrario con el que había hablado anteriormente, su nombre era Chris, y mantenía su mirada fija sobre An, -¿Su nueva fotógrafa del periódico escolar?-

-De hecho estamos saliendo-

-Es linda, por lo que se que no es tu tipo- lo miré extrañado, -¡Vamos! Tu tipo es completamente Sammie-

Reí un poco; sí, Sammie era mi tipo en aquel entonces. 

Una rubia, bastante atractiva y con un cuerpo de infarto. 

-He de admitir que Sammie es atractiva- alcé un poco los hombros, y pensé en la chica de la fiesta, -Pero creo que quiero algo real, ¿Sabes? Estoy preparado para por fin tener algo estable- 

-Me sorprendes Adrien, no creí que madurarías tan pronto- Movió un poco su cabeza de lado a lado, y después de unos pequeños saltos continuo, -No hagas nada estúpido-

-Ya lo veremos- 

Sonrío un poco y se fue con su equipo. 

Miré a An, y ella me sonrió.

Algo que creía sería difícil pero me negaba a admitirlo, era evitar enamorarme de An.

Aunque en aquel entonces decía odiarla, y la deseaba ver como un contratiempo, sabía que había un riesgo, y no quería correrlo. Me era difícil admitirlo, y me rehusaba completamente. 

Pero siempre que veía a An tenía una sonrisa demasiado dulce y amplia.

Adrien.

Eliane y yo decidimos que lo mejor sería pasar navidad en mi casa, e invitamos tanto a mis padres como a los suyos.

Debo de admitir que jamás me pasó por la cabeza que An se esforzaría tanto, y es que, fue como si toda la histeria que caracteriza a las madres en las fiestas la poseyera.

Y bueno, debo de admitir que yo no fui de mucha ayuda, solo estuve jugando y atendiendo a Edrian, mientras An se encargaba de todo.

Pero, siendo honesto, no creo que sea de relevancia el contar todo aquello, o hacer énfasis en la cena o en el como mis padres estaban realmente fascinados con Edrian a tal grado que no dejaban que durmiera.

El perdió másWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu