Capítulo XII ¡ Compórtate!

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_ ¿Elizabeth sabes quién es ese sujeto? ¿Cómo te atreves a desafiarlo? Pobre hombre, ha tenido una vida de lo más horrible, mi madre también conocía a su madre, siempre lo decía, no recuerdas cuando su madre murió porque eras muy pequeña, todo el mundo lo supo, el hombre era malísimo, fue algo horrible. El padre de ese pobre joven era un enfermo del control, muy poderoso en Londres y en  Manchester.  No te recomiendo que hablés delante de ella – dijo Charlote señalando a Tris_ su familia conoce a todos los de la alta sociedad en donde obvio ellos están incluidos.

_ Lo sé, no quise relatar nada frente a ella. Debemos ser reservadas por ahora, de cualquier manera no sé qué sucederá.

_ ¿Qué pasó con Bret? Ha estado con William por la presentación de un comercial de su empresa en los estudios y me ha preguntado.

_ No lo veré más, me ha llamado, no quiere nada serio, no es novedad, estoy muy cansada de él.

_ ¡Debes ponerte de acuerdo! Si no le respondes los mensajes a Darcy, pero tampoco a Bret no se entiende qué es lo que quieres, nadie  entenderá nada.

_ Me he dado cuenta hoy, William me ha escrito bastante y yo dos palabras o tres. Pero no es fácil tratarlo,  cuando lo conozcas y  veas lo irritante que puede ser no pensarás como piensas, te lo aseguro.

_ Es hombre Elizabeth, debes aprender a manejarlos, tienen sus cosas, nada que no se pueda llevar.

El teléfono de Elizabeth sonó y ella desesperadamente quiso atenderlo, miró en la pantalla, era Jane.

_ ¿Cómo estás?_ dijo sonriendo.

_ Tú ¿cómo estás? Parece que la familia Darcy está preocupadísima por ti, tengo dos mensajes de Will pidiéndome que me ocupe de cuidarte.

_ ¡Tuve un problemita con el cuello, ya estoy bien! ¿Te ha llamado a ti?

_ Claro para que me ocupe de cuidarte, lo creas o no, no dejes de avisarme, me han pedido especialmente que me ocupe _ Jane se reía burlándose.

_ ¡ Jane no exageres! hablaremos más tarde, estoy trabajando.

_ Me alegra que estés mejor, pasaré a saludarte más tarde, tengo algo que preguntarte de la fiesta, él exagerado, intenso y deseable de Will me imagino que irá _ Jane no disimulaba para nada su atracción a Darcy y eso a Elizabeth le molestaba.

_ Deja de decir eso Jane, deja de molestar_ su voz adoptó un tono serio.

_ ¡Esos celos indican mucho interés por el deseable hombre dueño del palacio!

_ ¡Deja de molestar!_ Lizzy cortó divertida, quería ver a Will, la ansiedad por que la llamara  era cada vez más desesperante. Al mismo tiempo no quería ponerse nerviosa por nada, para no resentir su cuello. Charlote la observaba, serena y se animó a decir:

_ ¡Si quieres hablar con él, debes llamarlo, él no sabrá qué hacer con tantas idas y vueltas!

_ ¡No sabes cómo es! Charlotte,  si tengo alguna posibilidad de estar a su lado, evitarlo y esperar, será la única alternativa_ dijo Lizzy y sonó resignada.

_ ¡Exagerada!, esa es la palabra.

_ Para nada, me darás la razón_ a Lizzy la hacía sufrir la situación, pero no podía hacer otra cosa, dejaría que Darcy la extrañara, se había preocupado por ella, había enviado a su chofer a cuidarla, había llamado a Jane, pero a ella no la había vuelto a llamar desde el día anterior y eso era el síntoma de algo.

La tarde entre la charla, la ropa juvenil de verano, los corazones de papel y la purpurina pasó volando, las tres jóvenes se retiraron del local, pasadas las siete de la tarde, prometiendo regresar la próxima semana, había salido todo bien y  caminaban satisfechas con el gusto de la tarea cumplida.

El sueño de William DarcyWhere stories live. Discover now