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La mudanza a nuestro nuevo apartamento fue agotadora, interesante y muy dura. Quiero decir, viví durante los primeros veinticinco años de mi vida con mis padres, bajo un techo que me protegió y con una familia que velaba por nosotros, ahora, todo esto es nuestro y nosotros somos los responsables por nuestras propias decisiones y vidas dentro de este apartamento.

Extrañaría a mis padres y a mis hermanos, eso es un verdadero hecho. Estoy acostumbrada a tenerlos alrededor y a cenar juntos, pero ahora tenemos que adaptarnos a nuestra nueva vida. Puedo decir sin una duda alguna que el más afectado con todo esto fue papá. No dejó de llorar en ningún momento y fue así desde que les comunicamos que nos mudaríamos hace un mes atrás.

Por otro lado mi pequeño está extremadamente contento con el nuevo lugar, le gusta el pequeño parque de juegos que está frente a nuestro edificio y le gusta el tamaño de su habitación y las ventanas de la sala. Liam sin duda es una gran alegría y motivación en cualquier momento.

Luego de un par de horas, hemos logrado ordenar la mayoría de las cosas importantes, todo lo de la cocina y hemos hecho las camas para poder dormir más tarde, Liam está guardando sus juguetes en su habitación mientras canta a todo pulmón la canción que tenemos sonando en nuestro reproductor de música. Mi estómago reniega y entonces pienso que no hemos comido nada consistente desde el desayuno y ya son las siete de la tarde.

—Hey chicos—les llamo a ambos haciéndoles voltear hacia mí en el pasillo—¿Ordenamos pizza?

—¡Sí! —gritan ambos y yo río

—¿Podemos pedir también palitos de queso mami?

—Por supuesto bebé. Les avisaré cuando esté aquí.

Una vez en la sala busco mi móvil y hago una llamada a la pizzería que podría ser considerada una de nuestras favoritas, pido una pizza familiar con palitos de queso y también una gaseosa incluida. Mientras espero a que el repartidor llegue, busco tres platos, las servilletas y también los vasos. Coloco todo en nuestra mesa improvisada en la sala y espero.

Cuando al fin tenemos nuestra pizza todos nos sentamos en el suelo alfombrado. Me encargo de colocarle un tipo de sábana viaja a la alfombra para que no se manche de salsa o queso y luego sirvo unas porciones para cada uno al igual que la gaseosa.

—¡Esto está delicioso mamá!

—Sí que lo está.

No me había dado cuenta el hambre que tenía hasta el momento en que abrí la caja de pizza y el aroma me golpeó directamente en la nariz. Nos dedicamos a cenar con la música en volumen bajo, tranquilamente, mientras conversamos de lo que tenemos que hacer el día de mañana y como debemos despertarnos temprano para que el tiempo verdaderamente nos rinda.

A eso de las ocho y media le indico a Liam que es hora de una ducha, así que tras buscar su pijama y una toalla le ayudo a ingresar al baño, tras dejar el agua como a él le gusta, le indico que estaré en su habitación dejando sus cosas ordenadas y que grite cuando esté listo. Así es unos quince minutos después.

—Bien bebé—acomodo las cobijas sobre su cuerpo y beso su frente—es hora de dormir

—Te amo mamá

—Yo también te amo mi amor. Descansa.

Salgo de su habitación dejando la puerta entreabierta y voy hacia la cocina, me sorprendo al ver que los platos y vasos que ocupamos están lavados y guardados en los estantes. Así que vuelvo por el pasillo esta vez hacia mi nueva habitación. Jared está saliendo de la ducha cuando entro, me sonríe abiertamente y besa mi cabeza.

Antes de ti《 Libro 3.5 》Where stories live. Discover now