Capitulo 16.

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Ya en la tarde noche me encontraba alistándome para la salida de esta noche, mi típico vestido negro, mi cabello bien recogido, tacones negros y una chaqueta era lo que se encontraba sobre mi cuerpo.
          — ¡Jane, ya vámonos!— gritaba Jeff desde abajo, me termine de colocar un labial rojo carmín y corrí escaleras abajo.
— no tienes que gritar.— mencione mientras tomaba mi bolso y el abría la puerta dejándome pasar primero.
— tienes cinco horas arreglándote por dios.— se quejó, cerró la puerta con fuerza y comenzamos a caminar hacia los rumbos de la otra vez que lo seguí.
En todo el trayecto no intercambiamos ninguna palabra, era algo incomodo por algún motivo, solo li miraba de reojo unas cuantas veces, mirando detalladamente sus ojeras y sus ojos cansados. Una vez que llegamos al bar me tomo del hombro y acercó su boca a mi oreja.
— quédate en este piso por la barra, te buscaré más tarde.— asentí y me acerqué a la barra, me senté rápidamente y seguí a Jeff con mi mirada, el subía las escaleras hacia el segundo piso mientras prostitutas lo acariciaban para llamar su atención, claro que no lo lograrían.
         — oh, la señorita de la otra noche.— me giré y me encontré nuevamente al barista quien me había aconsejado espiar por afuera. Sonreí y recargue mis codos sobre la barra. — viene para seguir investigando al asesino.— negué con la cabeza y mire mis uñas.
          — solo decidí salir un poco a divertirme.— alzo una ceja, se volteó y tomó varias botellas para comenzar a preparar algo.
         — pues, le regalare la primera bebida, ¿qué le parece?, tiene cara de que gusta de lo dulce, así que esta bebida le encantará.— sonreí nuevamente y mientras lo preparaba me giré para ver a mi alrededor.
La mayoría de estas personas habían acabado de llegar, así que aún no había ningún caos por ninguna parte. De pronto escuche el deslizarse de la copa sobre la barra y me giré de golpe encontrándome frente mío un gran líquido rojo.
          — lo llamó la sangría de fresa.— la probé un poco y de inmediato el sabor a fresa invadió mis papilas gustativas.
         — esta deliciosa...— calle al querer mencionar su nombre y no saberlo.
— Rubén Macías a tus órdenes.— tome otro trago y lo deje sobre la barra nuevamente.
— esta deliciosa Rubén, gracias. Por cierto, yo soy Jane, Jane Arkensaw.— el sonrío y siguió limpiando.
Así surgió la noche, Rubén y yo platicamos de todo tema, desde las cosas que nos gustan hacer desde el como es tener hijos, el tiene una pequeña niña, la esposa los abandono, que insolentes pueden ser algunas mujeres. Hablamos sobre planes a futuro, problemas familiares, pero sin nunca tocar el pasado, ya que, no quisiera que él me tomara igual por una asesina. Llego un momento en el que el se alejo para poder atender a un grupo de hombres en la esquina de la barra, me quede sola bebiendo de mi cuarta sangría de fresa.
— buenas noches.— giré mi rostro hacia la izquierda y me encontré con los chicos que casi se pelean con Jeff en la plaza el día que fuimos a comprar algo de ropa. Me tense y baje el rostro ignorándolos, deseando que no me reconocieran. — espera, ¿tú venías con el asesino no?, ¡te recuerdo!— rodee los ojos y sonreí nerviosa.
          — si, claro, hola.— no sabía qué decir.
         — ¿eres algo cercano a él?, sabes, todos le temen, mata sin piedad.— me decía lo obvio.
        — lo sé.— bebí otro trago.
         — oye, pues no estás nada mal como para haber tenido un hijo de ese psicopata...— me atragante y comencé a toser. —¿qué pasa?—
        — no soy nada de él, mucho menos tendría un hijo con el.— al parecer soy alguien mala copa cuando bebo. — jamás tendría nada con el.— sentí una mano deslizándose en mi espalda, muy cálida a la vez pero molesta ya que iba con otras intenciones.
          — vaya, es una gran noticia para mí entonces, ¿por qué no vamos a otro lugar? Este no es apto para ti.— lo mire dudosa, mis seis sentidos no funcionaban al cien por ciento. En eso se acercó nuevamente Rubén y apartó la mano del chico de mi.
         — joven Richard, ¿su padre sabe que está aquí a tales horas de la noche?— yo solo miraba el como el chico comenzaba a enojarse.
         — bueno, no es asunto suyo barista de cuarta, con permiso.— me ayudó a levantarme del banco y rodeo mi cintura llevándome con el.
          —¡no se la puede llevar es...— me giré a verlo y coloque mi dedo índice en mis labios.
         — Shh... Está bien, nos vemos Rubén.— el callo desconcertado y tuvo que ceder.
Caminamos fuera del bar solamente el y yo, al parecer sus amigos se quedaron dentro.
— ¿a dónde quisieras ir belleza?— lo mire de reojo y justo cuando me encontraba por hablar escuche la voz de Jeff desde el balcón del segundo piso, al mismo tiempo el chico y yo nos giramos y él estaba ahí recargado con su cuchillo en mano.
— ¿a dónde mierda crees que vas Jane Arkensaw?— dijo calmado pero con un tono fuerte a la vez mientras exhalaba un cigarrillo que sostenía con la otra mano.
—iré un rato a otro lugar, no te causaré ningún problema, lo pro...— calle cuando el salto del balcón y callo junto frente de nosotros, el chico me soltó de golpe y alzó los brazos nervioso. — Jeff, porfavor.— la cabeza me daba vueltas.
—¿tú a dónde piensas que te la llevas?— puso el cuchillo en su garganta y presionó ligeramente.
— escucha viejo, solo quería platicar con ella, es todo.— dijo algo nervioso pero firme. De pronto del balcón aparecen otros chicos y uno de ellos salta igualmente.
—¡Jeffrey Woods! ¡No te atrevas a tocarle un pelo!— grito un hombre gordito.
El hombre que bajo igual que Jeff lo tomo del hombro con una expresión seria y lo sostuvo del hombro, evitando que avanzara más.
          — sabes que es el hijo del presidente, deja que se vaya con la mujer.— mencionó aún sosteniéndolo. Jeff se lo quito de encima con cara de disgusto y guardo el cuchillo, me tomo del brazo y me jaló con el.
          — no lo mataré, pero no se la puede llevar, es... es la mujer de, mi hermano.— mis ojos se abrieron como platos pero no dije nada, preferí seguir escuchando. El hombre miró al gordo del balcón, como en busca de alguna indicación o orden.
         — déjalo, entonces que se la lleve.— lo soltó y comenzamos a caminar nuevamente hacia la casa, muy pronto.
Jeff había rodeado mi cuello con su brazo izquierdo con algo de fuerza pero no la suficiente como para lastimarme, caminaba a paso rápido y se le veía molesto, claro con sus ojos rojos y tal vez tomando, pero molesto.
         — estas... ¿Estás molesto?— pregunte sin dejar de mirar el camino.
         — si, pero no quiero hablar ahora.—

-TRUST ISSUES- [+15]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora