2da. TEMPORADA. capitulo 26

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        — ¿Pero que estás haciendo?.— trato de quitármela de encima pero me aprieta más con sus piernas y me acerca a ella.
Pasa a desabrocharme el pantalón y rápido me lo sostengo y le pongo una mano en el rostro para alejarla.
— ¡mi maquillaje imbecil!— siento un calor recorrer mi cuerpo y mi cara se pone roja, me suelta de las piernas y le doy la espalda para acomodarme toda la ropa. — ¿que te pasa?, no creo que seas virgen...— respiro profundo y me vuelvo a girar para verme en el espejo y acomodarme la corbata.
— no me aguantarías ni cinco minutos niña, lo siento pero no me pagan por hacer esto.— se arrodilla en frente mío y me toma de la camisa mientras me mira fijamente a los ojos.
— Porfavor, yo le diré a mi padre que te pague más solo hazme este favor...— la miré extrañado y me incliné a su altura.
—¿favor?, estoy seguro de que has de tener muchos mejores prospectos en tu lista de espera, ¿por que alguien como tú que lo tiene todo, le urge el tener algo conmigo?, no tengo nada en especial niña.— tenía los ojos llorosos pero no soltaba ni una lágrima.
— estoy cansada de satisfacer los deseos de mi padre y sus amigos viejos y asquerosos, quiero sentir como es estar con alguien que no pase de 50 años.— alcé una ceja y ella solo agacho la mirada. — mi padre no es sobre protector por que me ame, lo es por que soy su garantía con todos sus socios, el me vende a ellos a cambio de cerrar sus negocios.— me sentí mal por ella y le puse la mano en la cabeza para acariciarle.
— ¿y crees que teniendo algo conmigo te sentirás mejor? Por que mejor no te escapas de tu padre o te quedas para siempre con tu madre.— ella negó.
— mi madre sabe de todo eso, no puedo escapar, me tienen vigilada siempre, incluso en este momento, tengo un localizador incrustado en el hombro derecho... no digo que me sentiría mejor pero, me ayudaría a olvidar a alguien.— la ayude a pararse y nuevamente a sentarse en el lavamanos.
— el único chico que me quería de verdad ya no está, mi papá nos encontró en mi habitación mientras empacábamos mis cosas para escaparnos y él se lo llevó y jamás volví a verlo, después a mi me metió una golpiza solo el cuerpo claro para no dañarme el rostro y solo esa vez descanse durante dos meses sin que ningún viejo me tocara.—
—¿pero no debería ser al revés?, ¿que no quisieras que ningún hombre te tocara?— puse mis brazos a los costados de ella y le miraba fijamente.
— yo disfruto mucho de mi sexualidad, y con ese chico sentí cosas que nunca llegaría a sentir con unos viejos que solo piensan en ellos... lo siento, solo trataba de sentirme como el me hacía sentir.— suspiré
— conmigo no vas a encontrar eso por que lo qué tal vez sentías por ese chico era amor, y por eso disfrutabas más el hacerlo.— me mira extrañada y con mi corbata se limpia las pocas lágrimas que se le escapaban.
—¿cuando sientes amor es diferente?.— asentí.
— prometo que te ayudaré con este problema, pero por el momento tenemos que irnos.— se levanta y se acomoda la ropa.
— ¿te puedo agradecer por tan agradables palabras?— intuí que quería comprarme algo o conseguirme algo a cambio de.
— no te preocupes.— antes de girarme sentí un fuerte empujón que me hizo estrellarme en una de las puertas de los baños y caí sobre una de las tazas que por suerte estaba abajo. — pero que...— cuando menos pensé ya la tenia nuevamente arrodillada frente a mi y desabrochándome el pantalón nuevamente.
— apiádate de mi solo esta ves.— rodeé los ojos y la tomé del cabello un poco rudo jalándola hacia atrás.
—¿no te vas a rendir verdad?— me enojé, negó con la cabeza y empezó a masajearme ya que me la había sacado por completo. — entonces más vale que aguantes por que esta es el triple de grande que los viejos que te tocan.— la solté y se me quedo viendo el palo directamente, confundida y en duda, era normal que se asustara.
— no sé si eso me...— la interrumpí y la tomé de la nuca con mi mano izquierda para ponerle todo en la cara y rozarle los labios con la punta.
— abre la boca.— obedeció sin poner más peros y al sentir como iba entrando la punta, la tomé de la nuca ahora con ambas manos, la empuje hasta el fondo haciendo que se ahogara y pusiera sus manos en mis piernas tratando de empujarse y librarse. — tú dijiste que podías, ¿cuál es el problema ahora, que no te puedo escuchar?.— dije en tono cómico, riéndome de que ni siquiera podía comerse entero mi palo sin ahogarse y sin quedarse sin respirar. La solté de golpe y tomó una gran bocanada de aire al mismo tiempo que tosía, le salía tanto baba de la boca como de la nariz, y al mismo tiempo lágrimas le empezaron a brotar y le corrían el rímel.
— tienes que aguantar por que, ¿era lo que querías no?...— me levanté y la volví a tomar del cabello para volverle a meter todo mi palo y comenzar a cogerme su boca. —quiero que me veas a los ojos mientras te rompo la garganta.— puso sus ojos en los míos, sus ojos tan claros y soltando lágrimas mientras sentía como le tocaba hasta más allá de la garganta.
Comenzó a tomarme de los testículos y a masajearlos, me estaba sintiendo muy bien y hace tiempo que no me sentía así; me la pego más a fondo y acelero mi movimiento para justo antes de correrme, sacarmela y poder correrme en su cara, esta deja la lengua de fuera y se come todo.
         — quiero que me la metas.— respiro agitado y me sostengo del marco de la puerta, el cubrebocas me mata de calor y me sofoca cada minuto más; la veo como se recarga sobre el lavabo, se levanta la falda y mueve de lado una tanga roja de encaje, dejando ver toda su vagina bien depilada y húmeda, goteando a charcos.
  Me acerco a ella y la tomo de la garganta y le meto dos dedos de golpe.
         — no creas que tienes tanta suerte.— dije a su oído. — te voy a quitar las ganas pero a mi manera.—

-TRUST ISSUES- [+15]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora