El sueño de William Darcy

Capítulo III ¿Puede ser tan difícil encontrarse en Londres?

Se acercaba la hora de encontrar a Lizzy, y Jane se dirigía al lugar acordado.  Nada de lo planeado salía como ella se había propuesto por la mañana, y la sonrisa perturbadora de Bingley seguía incrustada entre sus ojos. Mientras se preguntaba a dónde iría por la noche el atractivo caballero, mil ideas locas le venían a la cabeza, le parecía obvio que si Will Darcy y él estaban en la ciudad se verían, pero saber en dónde sería el encuentro era el enigma. Pensando y pensando llegó a una conclusión:

Había solo un lugar en el cual podrían coincidir ella y su amiga
si esos dos selectos caballeros de negocios  salían de su ostracismo característico, el lugar era el Cutty Sark Tavern un enigmático bar regerenciado por uno de los amigos de su primo.

Jane se adoraba, una sonrisa se dibujó en su rostro, haber hallado esa idea dentro de su cabeza, era como hallar una perla dentro del océano. Se amaba por recordar una noche del año anterior en la cual habían coincidido en ese bar, su primo, ella , algunas amigas y Charles, que en ese momento no le interesaba para nada, eso la hacía sentirse enaltecida con sus asociaciones ante la observación de la conducta humana. Alguna otra idea se le ocurría, podía ser el Cittie of Yorke , pero no temía equivocarse con la primera ocurrencia y  tomaría el riesgo.

Cuando finalmente divisó a Lizzy en la esquina acordada, llamó su atención haciendo sonar la bocina de su Mercedez Benz A200 recién salido de la concesionaria, su amiga se acercó sin entender, ya que aún no conocía el nuevo auto y creía que irían caminando a un bar por la zona.

_ ¡Jane,  se NOTA que todo va bien!_ dijo Lizzy y sonrío mirando el auto.

_ Claro que sí, no he podido cambiarme pasamos por mi casa y vamos al Cutty Stark.

_ Como digas ¿ te pasa algo?_ Lizzy notaba nerviosa a su amiga.

_ Te cuento en el camino.

Mientras se dirigían en el auto Jane con la emoción que la caracterizaba le relató a su amiga lo acontecido durante su día laboral. Lizzy boquiabierta escuchó sin casi decir una palabra. En sus vidas o no pasaba absolutamente nada por meses, o sucedían todas las cosas juntas. El plan de ir al Cutty Stark no le parecía inadecuado, aunque ella no tenía ni la más remota idea de en donde podía encontrar al misterioso arquitecto de la mirada impactante.

Lizzy no era como Jane, no conocía del mundo de los magnates empresarios de Londres, sus largas estancias en Paris y sus estudios le impedían frecuentarse con gente más allá de su círculo, y si bien su familia era acomodada, no tenía nada que ver con la familia de Jane, que eran grandes terratenientes en el norte de Inglaterra y manejaban otros negocios del rubro.

Ellas se habían conocido en los primeros años de la escuela, nunca habían dejado de ser amigas, ni siquiera cuando Jane había estudiado en Cambridge y Lizzy en Paris. Se entendían con la mirada, se querían, eran inseparables, aunque sus temperamentos eran muy distintos y sus familias pertenecían a dos mundos bien distintos para la sociedad inglesa.

Mientras Jane se duchaba Lizzy utilizada la computadora y googleaba sobre el bar al que irían, ella no acostumbraba a ir a lugares tan conservadores, frecuentados por la alta sociedad y le generaba temor no estar vestida acorde. Miraba fotos de las personas que lo frecuentaban, intentaba encontrar a Darcy entre ellas, pero eso no sucedió. ¿Estaría su amiga en lo cierto? , ¿Sería ese un lugar para encontrar a sus apuestos pretendidos?

Siguió investigando y se tentó en googlear a Darcy, encontró más de cien proyectos de arquitectura con su nombre, pero ninguna fotografía. Aparecía una foto de su hermana junto a un apuesto caballero en donde se anunciaba su compromiso hacía unos meses. Pero nada de él.

Se le ocurrió buscarlo el Linkedin, y si, claro, ahí estaba el orgullosos arquitecto, mostrando sus títulos, sus logros académicos y profesionales, vanagloriándose con todo tipo de premios, todo era: el premio a , el prestigio de, los honores con, impresionaba.