- ¿Por qué?

- La cuestión es para quién.- respondí yo.


****


Aquella misma tarde, Robb decidió decirle a Aylin lo que  había estado observando.

- Te sigue un redcoat, Ayla.- le soltó de sopetón, aquello hizo que la joven dejara de cepillar las crines de su caballo.

- ¿Estás seguro?- le preguntó ella, sorprendida. Aquello no podía ser una coincidencia. Su primo asintió fervorosamente.

-Sí. Segurísmo. - hubo un corto silencio, en el que Robb se planteó o no decirle lo que sabía.-Llevo días siguiéndote, Aylin, y todos los días, lo veo oculto entre las sombras del camino que tú sigues para llegar hasta las tierras del clan Rosse.

Aylin se detuvo y clavó su fiera mirada de color verdoso en los azules ojos de su primo. " ¿Me ha seguido? ¿Sabía lo de James? Por supuesto que lo sabía. Ella se lo había contado, pero no le había dicho que era escocés... " Razonó ella.  La ira empezó a corroerla "¿acaso no puede tener una vida privada?"

-Lo sé Aylin, no intentes ocultármelo.

Ella se sonrojó y apartó la vista. ¿Sabría todo?

- Por qué crees que lo hace?-cambió de tema. Preocupada.

-No lo sé.- negó él con la cabeza, pero habrá que descubrirlo.


***

Aylin

Un día cualquiera, en el que yo seguía debatiéndome entre el inglés y el escocés, este último se plantó en el jardín de mi casa.

Desafortunadamente, Robb se lo encontró antes que yo.

Desconozco de lo que hablaban, pero parecían hasta amigos. Alaster sonrió al verme, provocando que mi primo se girase. Me saludó sarcasticamente, como diciendo "Aquí tienes a tu novio" Yo le miré con odio y me vi forzada a saludar a Alaster cortesmente; lo que provocó una sonrisa en el atractivo rostro de mi primo.

-Ni una palabra.- le fuliné. Él se rió y alzó los brazos, intentando mostrar su inocencia. Pero, él distaba de ser inocente.

- Hasta luego Milord.- dijo Alaster formalmente, y mi primo le devolvió el saludo, entre ambos hombres se cruzó una mirada de complicidad que hasta más tarde no longré interpretar.

- A qué ha venido eso?

- El qué?- preguntó él haciéndose el tonto. Le miré con reproche, pero él cambió de tema.

- Te voy a llevar a un lago cercano. - me informó.

- Ah sí?- le dije yo.

-Sí, mi reina. - sonrió él.

Tras nosotros escuché el sonido de unas hojas quejándose bajo el peso de alguien. No me molesté en girarme, pues Alaster pasó su brazo sobre mis hombros.

Nos adentramos en el verdoso camino decorado de cientos de plantas de miles de colores que llevaba a sus tierras. Me llevó por un camino que nunca antes había recorrido, revelándome la belleza del paisaje, los secretos de aquella tierra oculta y mágica y mostrándome un oculto y ancestral lago que se escondía tras unos robles.

- Wow.- suspiré. Él se giró a mirarme con esos preciososo ojos suyos verdes como el paisaje que nos rodeaba. Sonrió. Yo sonreí. Y le pegué- El último que llegue... preparará un picnic al otro! - grité, empezando a correr.

-Eh!- gritó el highlander.- eso es trampa.

Corrí campo a través, mientras me desataba el pelo, y me quitaba los zapatos. Salvaje como una diosa grité por aquel prado, y él, devoto como un creyente me siguió.

Acabó alcanzándome y agarrándome por la cintura.

-Eh!- grité.

- Al agua!!!- dijo él antes de zambullirnos ambos en el agua.

- Ah!

El agua estaba fría, pero el calor de su cuerpo regulaba mi temperatura. Salimos a la vez, riéndonos, él se apresuró a cogerme por si no tocaba el fondo.

- Tramposa.

- Bruto.- le respondí. Él se rió y sentí su cálida risa en mis labios, el agua besaba su atractivo rosotro, cad avez más cerca del mío. - Te quiero.- me salió del alma. Apenas pude terminarlo porque él ya me besaba.

***

No muy lejos, Robb observaba a la feliz pareja, anhelando besar a su imposible. Sus ojos azulados buscaron un abrigo rojo, que no tardaron en divisar. En efecto, la seguía a ella.

Algo se removió en su interior, algo oscuro. Lentamente, como un depredador, acechó al misterioso soldado. Este, concentrado en la pareja, no lo oyó venir. Se abalanzó sobre él y clavó su filo en su cuello.

-No oses moverte o morirás.- siseó Robbert. El redcoat no tragó saliva, sino que se dedicó a mirarlo. - Por qué la sigues?

Hubo un largo silencio.

- Te he hecho una pregunta.

- No pienso repsonderla.-le desafió. Robb, que comenzaba a estar verdaderamente molesto, apretó con más fuerza. No iba a dejarlo marchar sin saber por qué seguía a Aylin. Qué razón iba a tener un redcoat para seguir a una dama? Un affair con un highlander no era suficiente razón.

- Yo creo que si.

Una gota de sangre manchó su espada.

- Se me acaba la paciencia, redcoat.

Este lo miró desafiante un rato más, hasta que la espada de Robb casi no le dejaba respirar.

- Órdenes.

- Órdenes?- dijo sorprendido. Eso no se lo esperaba. -De quién?-inquirió él, acercándose más. Los ojos marrones de su presa se clavaron en los de él.

- No puedo decir más. - dijo. Incrementando la curiosidad de Robb.

- Yo creo que sí.

- No puedo.

- O qué?- preguntó Robb. El miedo que apareció en su rostro era mayor al miedo a morir en ese instante. Algo horrible iba a ocurrirle si lo desvelaba. ¿Por qué?- Seré yo quien te corte en pedazos.. O él.- dijo Robb, señalando con su mentón a Alaster, que acababa de aparecer de la nada. Aylin se había quedado dormida en la llanura. El redcoat eleigó vivir aunque fuera un poco más. Temblaba como una hoja en invierno.

Finalmenté abrió la boca para sembrar la semilla del terror:

- El rey.


Nota.

Pido disculpas por la tardanza.

Sabeís que en cuanto puedo intento subir. Ahora tendré más tiempo para hacerlo si seguís interesados/as.

Gracias por vuestro eterno apoyo.

Espero que os guste este capítulo.

-la autora.



Highlands ( #PGP2020)Where stories live. Discover now